Chetumal.- A través de una misa de cuerpo presente, familiares, amigos y compañeros, dieron el último adiós a los agentes de la Policía Ministerial, Yuridiana Cruz Solís y Miguel Flores Herrera, quienes perdieron la vida en el cumplimiento de su deber, al tratar de detener al trailero José Francisco Gutiérrez Sorcia, quien los asesinó a sangre fría cuando intentaban detenerlo, después de haber cometido diversos delitos.
Desde las ocho de la mañana de hoy miércoles, dos carrosas fúnebres arribaron a la explanada de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE), transportando los dos féretros en los que se encontraban los cuerpos de los agentes fallecidos en el cumplimiento de su deber.
Las lagrimas no se hicieron esperar; sin embargo, con voz entre cortada, el director de la Policía Ministerial, Didier Vázquez Méndez, dio las palabras de aliento para las personas reunidas, además de dar a conocer la carrera intachable del agente Miguel Flores Herrera, de 38 años de edad y 16 años de servicio, padre de dos hijos que hoy quedan en la orfandad y su viuda, con quien vivió 15 años de casado.
Sobre la agente, Yuridiana Cruz Solís, quien tenía 26 años de edad y que cursaba el cuarto semestre en la carrera de Derecho en la Universidad Vizcaya de esta ciudad, dijo que tenía dos años de antigüedad en la corporación policíaca y fue considerada como una mujer admirable y destacada por su trabajo, además de tener una excelente relación con sus compañeros y tener una conducta intachable.
El Padre, Francisco Ordoñez ofició la misa de cuerpo presente y dio aliento a familiares, amigos y compañeros de los policías caídos en el cumplimiento de su deber, asegurando que alcanzaran la gloria eterna porque su sacrificio será bien reconocido por Jesucristo.
En la ceremonia se realizó el pase de lista en donde por tres ocasiones los compañeros de los agentes asesinados gritaron “presente” y posteriormente la banda de guerra de la Policía Estatal Preventiva (PEP), tocó silencio para honrar a estos dos policías y seguidamente las patrullas encendieron sus torretas y sirenas, y por un lapso de un par de minutos sonaron en honor a sus compañeros abatidos.
Lo más emotivo fue cuando compañeros de los dos policías fallecidos, levantaron y depositaron en las carrozas fúnebres los féretros con los cuerpos de los fallecidos. El de la agente fue acompañada por patrullas y compañeros al panteón Campos del Recuerdo en Chetumal, mientras que el de Miguel Flores Herrera fue enviado al poblado de Carlos A. Madrazo en la Ribera del Río Hondo