“Es un orgullo ser chetumaleño, nos debe llenar de orgullo poder reconocer públicamente la visión, confianza y tenacidad que tuvieron nuestros ancestros para forjar esta hermosa Chetumal, quien junto a Felipe Carrillo Puerto y Cozumel han dado identidad, cultura y arraigo al pujante Quintana Roo que hoy es referente de México ante el mundo entero”, expresó el diputado, Pedro Flota Alcocer, durante su discurso con motivo del 118 aniversario de la fundación de Payo Obispo (Chetumal).
La clase de oratoria que hoy impartió Pedro Flota tuvo ingredientes adicionales. Abrió su baúl de recuerdos. Destapó su mente para revivir sus años mozos y recordar varias anécdotas personales del Chetumal con las calles de terracerías y cuando sus habitantes se conocían entre ellos mismos.
Con un rostro melancólico Flota Alcocer se auto describió como un chetumaleño de “buena madera” a quien tocó vivir la edad libérrima de andar descalzo, de caminar por las calles para ir a la escuela, de nadar y pescar.
“No me tocó la época fundacional de las carencias, del paludismo, de la selva rodeando y de tener que despalmar territorios para asentar habitaciones, sin embargo en el trascurrir de la vida de Chetumal reconozco el carácter y los rostros de quienes fundaron esta ciudad y con ella empezaron a darle origen y sentido al gentilicio del quintanarroense”, comentó.
En su discurso, Flota Alcocer recordó que fue en 1898 cuando Othón Pompeyo Blanco (OPB) vino hasta esta frontera, absolutamente lejana e ignota, a contener el tráfico de maderas, de chicle, de armas, de gente, y a contener también la Guerra de Castas que ya se enseñoreaba en la península.
“Él (OPB) no vino a fundar una ciudad, sin embargo el genio de este hombre le hizo comprender que este territorio necesitaba una identidad y esa identidad tenía que partir del amor por la tierra, de la lucha por hacer crecer un futuro para los hijos y comprendió que eso solo podía ser arraigando a la gente en este pedazo de terreno. Es así como nace Chetumal”, explicó.
Dijo que desde esas fechas los chetumaleños han tejido historias de madereros, de chicleros, de hombres de monte, de marinos, de pescadores y hoy, 118 años después, Chetumal, la capital de Quintana Roo, sigue recopilando más historias.
“A pesar de las realidades económicas y políticas apuntas hacia el norte del Estado seguimos siendo la capital. Debemos mantener firme nuestra convicción para que desde este profundo sur se construya la vida política quintanarroense”, apuntó.
Resaltó que por parentesco y muchos otros aspectos Chetumal está amarrado a Belice. “Esta ciudad también tira sus cabos del otro lado del rio hondo y estamos amarrados a ellos como los barcos al muelle, eso nos da identidad, eso nos obliga a reconocer a todos los quintanarroenses que esta ciudad que se fundó a partir del criterio estratégico y naval de un marino excepcional es también la fuente de origen de identidad y de cultura de Quintana Roo”, concluyó.