Con el sueño de conformar una dinastía política de peso en el municipio de José María Morelos, padre e hijo hoy hacen de las suyas en ese pedazo de tierra donde las autoridades en turno creen ser de sangre azul, creyendo que los cargos públicos son eternos, con sus marcadas ambiciones en pos de hacer historia, en pos de trascender a través de los tiempos.
Y vaya que lo están logrando, pues tanto Cirilo Flota Medina como su vástago Alejandro, mejor conocido como “Cilo”, van de error tras error, creyendo ser dueños de medio municipio y presumiendo a los cuatro vientos ser los protegidos y elegidos del Gobernador para dar continuidad a la actual administración municipal que encabeza Juan Parra López, por cierto otro deplorable personaje al que dedicaremos futura entrega.
Cirilo Flota, “padre ejemplar”
Es claro que para todo padre el mayor anhelo es crecer a los hijos y verlos llegar lejos, pero lamentable es heredarles una conducta soberbia, soez y ambiciosa, esa que lacera en todo tipo de ámbitos y es deplorable a los ojos de la sociedad. Con sus conductas, Cirilo va dejando un legado oscuro y poco benéfico a su cachorro mayor que hoy va queriendo abrirse paso de manera errónea en la política morelense.
Acostumbrado al poder de su familia, los Flota, el pretensioso hacendado y latifundista de la villa de Dziuche ha perseguido una actitud de grandeza que transmitió a sus hijos para según él, dar continuidad a la dinastía de un apellido que con el paso de los años ha perdido fuerza con los descalabros políticos de los consanguíneos al frente de administraciones municipales y cargos públicos, pues nadie puede negar que la imagen de esta familia ha quedado por los suelos y difícilmente vera renacer esos años de gloria que han quedado en oscuras páginas de la historia morelense.
Oriundo del estado de Yucatán, Dziuche fue el pueblo que le cobijó y en el que fincó con el dinero que “se ganó” cogobernando con sus familiares. Y es precisamente el mismo pueblo que hoy está a su cargo como autoridad, y donde hoy la gente vive presa de un autoritarismo insultante de este político que cree ver renacer esos años de gloria y poder.
Y es que lejos de generar beneficio para dicha alcaldía, como ofreció en su toma de protesta, Cirilo Flota ha encabezado una política de influyentismo, protegiendo amigos y familiares que cometen a diestra y siniestra faltas administrativas que atentan contra el Bando de Policía y Buen Gobierno, y eso quedo manifiesto en la protección que brindo a la maestra Angélica Flota Castillo quien golpeo con su celular a un joven que estaba bajo custodia de los policías sin que estos hicieran nada, aún y cuando fue su propio hijo Alberto Corona Flota, quien inicio una riña contra Juecef Aké Pech, tal y como denunció a un medio de circulación diaria la madre de éste, Marbella Pech.
Por cierto, en este pueblo, y al amparo del alcalde Cirilo; tanto la profa Angélica Flota como su marido Sixto Alberto Corona Navarrete, hacen gala de prepotencia enseñando a sus hijos a humillar a la gente humilde, creyendo que por su apellido y los pocos miles que han acumulado a base de tráfico de influencias, tienen derechos que rompen incluso las reglas divinas.
Lamentable es que en franca protección de sus familiares, el alcalde de Dzuiche nada hace en pro de la justicia. Esta palabra es algo que no existe en su prepotente vocablo y que deja un abismo entre las nuevas políticas encaminadas por el gobernador Roberto Borge y el presidente Enrique Peña Nieto, que van en defensa de los derechos humanos; y la deprimente realidad que se vive en ese rincón del municipio morelense.
Habrá que investigar también la operación de su negocio Disco-Bar para ver si está en regla o también opera de manera irregular dado las mañas que imperan en esta polémica familia de ambiciosos políticos, pues acostumbrados a vivir de las mieles del erario público muy al estilo de “Cirilo” -quien ha sido Síndico, regidor, líder de taxistas y dos veces alcalde-, convierte en costumbre no sólo vivir a la sombra del poder, sino depender del calor de la “jugosa ubre”. Aquí vale la pena mencionar qué el respetable alcalde de Dziuche siempre ha vivido de los dineros del pueblo, ya que ha trascendido al interior de las oficinas administrativas que administración tras administración le toca su “participación económica”, habrá que revisar las cuentas a través del Órgano de Transparencia.
Alejandro Flota; el elegido para suceder a “Parrita”
Empero, aun y con todo y esta serie de atropellos a la sociedad, quien puede decirle algo al padre del elegido del gobernador, al protegido del primer priista de Quintana Roo. Y esto no es una apreciación particular, sino que son palabras emanadas del propio Síndico municipal de José María Morelos, Alejandro Flota Becerra.
Todos y cada uno de los que habitan las comunidades morelenses, han escuchado de boca del soñado y prematuro político mencionar que él será el próximo presidente municipal de dicha demarcación, que ya tiene la venia del “Capitán de Quintana Roo” y que deben de apoyar ese proyecto por el que ya empieza a trabajar con la orden de “el de arriba”.
El enemigo en casa
Es claro que la ambición por el poder le ha hecho perder la cordura al joven político, sin comprender que primero debe cumplir con su encomienda como secretario general del Ayuntamiento, y después pensar en lo que viene para no utilizar el nombre del Gobernador como moneda de cambio, mucho menos cuando los tiempos aún están muy lejanos y lo que hoy corresponde es respaldar el trabajo de “Parrita”, su compañero de fórmula.
Y es que es por demás iluso pensar que con gozar de cierta simpatía del jefe político, ya se tenga la venia de correr antes de terminar de gatear. Sería bueno que el prematuro Alejandro deje de soñar y se ponga a hacer lo propio para ganarse la simpatía de las y los morelenses, porque la gente no miente, y todos los pobladores de este noble municipio coinciden en que: “Los que hoy nos gobiernan creen que todo lo pueden con su linda cara, no conocen las necesidades que tenemos, solo piensan en llenar sus bolsas y ganar poder, aquí nadie los quiere, no queremos `yuniors´ sino hombres que trabajen”.
Es una lástima que ignorancia impere en un joven que se dice preparado y que se dice hábil, quiera jugar a la política repartiendo miserables dádivas para ganar simpatías en un terreno donde ni él ni su padre son vistos con buenos ojos, muchos menos cuando su trabajo es caminar de la mano del actual presidente municipal y no estar haciendo anticipada campaña a sus espaldas.
Lo cierto es que tanto padre e hijo se están brincando las trancas y defraudando la confianza depositada en ellos por el “número uno”. Confianza que se puede perder en menor tiempo que en el que quizá se la ganaron. Sirva el consejo para no continuar siendo la deshonra de los morelenses; la deshonra de “Los Flota”.