Un psiquiatra de manera urgente necesita el hasta hoy secretario del ayuntamiento de Cancún, José de la Peña, porque sólo estando “loco” o bajo los efectos de algún alucinante pudiera asegurar que el Partido Verde ya cuenta con un buen porcentaje de militantes y simpatizantes en Quintana Roo como para ganar las tres diputaciones federales en las elecciones del 2015.
Les puedo asegurar a mis tres lectores que durante los más de 20 años de carrera periodística que tengo he escuchado grandes sandeces (pendejadas), pero ninguna al nivel de la que ahora dijo el flamante y moderno “Pedro Picapiedra”.
A José de la Peña habría que regresarlo al aula para que aprenda a leer el ajedrez político, pero tendríamos que ver si su materia gris le alcanza para descifrar los posibles escenarios políticos a corto, mediano y largo plazo, cosa que dudamos, porque hasta ahora solo ha demostrado que su cerebro no interactúa con su lengua viperina.
A este jovenzuelo y muchos otros, que por la diosa fortuna de la suerte han avanzado en cuestiones políticas, deberían preocuparse por entender las dimensiones del juego y no dejarse llevar por triunfalismos, porque en primera, nunca han logrado una victoria propia y en segunda, siempre les han servido el pastel en la mesa.
A José de la Peña, Ramberto Estrada Barba, así como otros y otras niñas verdes que pululan por la entidad, están conscientes que si van solos –sin el respaldo del PRI- a un proceso electoral, no solamente serán derrotados, sino corren el riesgo de perder su registro, porque, casi seguro, su votación no rebasaría los dos puntos porcentuales que exige la ley electoral.
Lo único claro que tiene el Partido Verde en Quintana Roo es que son el “fiel escudero”, para no decir el “perro” del PRI, que es uno de los partidos políticos “satélites” que tiene el tricolor para ganar las campañas proselitistas que se lleven a cabo en la entidad, llámese locales o federales.
Estamos conscientes que tanto José de la Peña como Ramberto Estrada se encuentran desesperados y hacen este tipo de amagues al PRI para que sean considerados como candidatos de una posible alianza de facto para las elecciones del 2015, sin embargo, estos niños verdes están llevando el pecado en la penitencia, ya que a Roberto Borge no le agradan este tipo de amenazas.
No descarte que mañana o en los próximos días, José de la Peña salga a los medios de comunicaciones a decir que siempre no dijo eso, que se le chipoteo, seguramente pedirá perdón al PRI, porque al final de cuentas reconocerá que es su “padre putativo”, el que los ha guiado en la última década.