Chetumal.-A pesar de los discursos de cambio, el tráfico de plazas sigue amenazando a quienes a base de esfuerzo y de trabajo luchan por un espacio dentro de las diversas dependencias del gobierno, y es en el sector salud donde más se agudizan este tipo de amañadas prácticas.
Tal es el caso de Gonzalo Canul Castillo, quien gracias a las clásicas “palancas” ingresó a inicios de este año al hospital Materno Infantil Morelos con plaza de enfermero general sin tener título y cédula violentando la normatividad del escalafón, ya que esa plaza debió asignársele a personal de contrato con antigüedad como marca la norma.
La corrupción ha llegado a tal grado que a pesar de corresponder dicha plaza laboral al municipio de Felipe Carrillo Puerto, la “bajaron” hasta el Hospital Morelos con sede en el Othón P. Blanco para asignarla directamente a esta persona que no la merecía.
Generalmente este tipo de amarres se dan a cambio de jugosas cantidades de dinero, pero en esta ocasión todo fue orquestado a modo, ya que el beneficiado resultó ser hijo de Gonzalo Canul, subdirector de Recursos Humanos de la Secretaría Estatal de Salud.
Sin embargo, nada de esto pudo lograrse sin el movimiento de esa red de corrupción y tráfico de influencias que, muy al estilo del borgismo, siempre ha operado desde la Dirección Administrativa de la SESA –hoy a cargo de Martha González-, y de la Sección 45 del Sindicato Nacional de la Salud, que lidera Barbaciano Sansores Matos.