Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal.-En busca de permear la difícil situación económica que priva en la zona sur de la entidad, la práctica del comercio ambulante se ha proliferado en los balnearios públicos de Dos Mulas y calderitas, sobre todo durante este periodo vacacional de verano, superando un número de 200 personas que se dedican a esta actividad.
Si bien es cierto que el sol sale para todos, y el trabajo dignifica al ser humano; la realidad es que de este universo cerca del 40 por ciento lo hace de manera irregular, siendo las personas provenientes del estado de Chiapas las que más incurren en este tipo de conductas deshonestas.
En el caso particular de Calderitas, de acuerdo a lo manifestado por el alcalde de dicha comunidad, Roberto Poot Uh, “Son cerca de 50 chiapanecos que diariamente abarrotan las calles, playas artificiales y restaurantes de la zona turística, y esto genera una inconformidad por parte de restauranteros y dueños de negocios establecidos”, dijo.
Agregó que el problema redunda en que la gran mayoría de estos venteros son menores de edad y cuando son amonestados argumentan que su jefe es quien se encarga de los permisos y el pago de las cuotas a municipio.
No obstante, indicó que a fin de poner freno a este comercio informal que de igual manera incomoda a los visitantes, “Se está trabajando en la conformación de un comité dentro de los empresarios de Calderitas para tomar medidas que contrarresten este tipo de prácticas que violentan el reglamento”.
Por su parte, dueños de establecimientos y restauranteros, coincidieron en la urgencia de mermar esta actividad informal, dado que mientras ellos pagan sus impuestos y los respectivos permisos al ayuntamiento de Othón P. Blanco para poder trabajar, otros generan ganancias al margen de la ley.
“A nosotros como restauranteros nos incomoda que estas personas entren a los comedores ofreciendo sus productos causando molestia a los visitantes locales y extranjeros, mucha gente se ha quejado pero si hoy sacamos a uno mañana nos llegan dos, aparte de que es penoso actuar en contra de niñas y niños que son a los que mandan a dar la cara para que otros se hinchan las bolsas”, opinó enérgicamente el propietario de un restaurante de mariscos del ala dos de calderitas.
Sin embargo, cabe manifestar que en relación a quienes se dedican al ambulantaje en sus triciclos, comercializando frutas, frituras, elotes y otros productos, “Ellos no representan problema porque también pagan a municipio y respetan los límites señalados; hay un respeto mutuo del trabajo de cada quien”, aseguró el declarante que omitió mencionar su nombre.