Efecto Mariposa Por Salvador Hernández
Habría que recomendar a los compañeros de trabajo del docente Tiburcio Bastián Hernández, y a sus colegas de todos los niveles educativos, que sería bueno por la desaparición de este trabajador a ya un mes, rememorar el capítulo XVII de “Meditaciones en tiempos de crisis”, de la obra de John Donne:
“… Ningún hombre es una isla, completo en sí mismo, cada hombre es un pedazo del continente, una parte principal. Si un terrón de tierra es arrastrado por el mar, toda Europa queda disminuida, así como si fuera un promontorio, así como casa de tu amigo o la tuya propia: la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy parte de la humanidad, y por lo tanto nunca preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti”.
Es lamentable la desaparición de una persona, peor aún que en el país este tipo de acontecimientos se acepten como cotidianos, y es difícil creer que un gremio tan importante como es el docente, teniendo la capacidad para exigir al órgano de investigación estatal o federal el cumplimiento de su deber, se quede mudo y sean incapaces de levantar la voz.
Pues el Estado además de estar obligado por Ley, tiene la capacidad y los recursos para la investigación y procuración de la justicia, por lo que deberían ser conscientes y considerar que cualquiera podría ser el siguiente tras la desaparición de Tiburcio, por quien realmente “doblan las campanas” de acuerdo a la tradición católica cuando hay una defunción.
La investigación sobre el paradero de Tiburcio Bastián Hernández permitiría saber si fue víctima de un secuestro o de una desaparición forzada, lo que daría una mayor tranquilidad a sus familiares, sin embargo, ante la apatía o total falta de acción por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) se deja a los familiares en un estado de indefensión.
Es necesario precisar que en el sur de Quintana Roo, hasta hace tres años no se presentaban casos tan desgarradores como el secuestro, extorsión y asesinatos, como los que se presenciaron en 2019 y en el inicio de este 2020, el caso de Bastián Hernández debería ser emblemático, por haber sido secretario general del SITACOBAQROO, consejero político del PRI y presidente de la Corriente Crítica en Bacalar, y tal vez, tal vez… Si se hubiese presionado a las autoridades con suficiente apremio y convicción, Tiburcio ya hubiese sido encontrado…
Es necesario recordar que en los estados totalitarios, como quedó demostrado en la Segunda Guerra Mundial con el gobierno de Adolfo Hitler en Alemania y con el dictador Francisco Franco durante la Guerra Civil española, fue una práctica de Estado la desaparición forzada, torturas y ejecuciones extrajudiciales con la finalidad de generar angustia e incertidumbre y establecer regímenes de horror en los países ocupados y en el caso de España contra los enemigos de Franco.
Hoy día el modus operandi de los grupos del crimen organizado para obtener el cobro del derecho de piso, es similar al que utilizan los agentes policiacos y militares en los estados totalitarios, utilizando un sistema de intimidación, a través del secuestro y desaparición forzada a fin de lograr el temor de grupos sociales previamente identificados como el del comerciante para que paguen el llamado derecho de piso sin emitir queja.
Se evidencia que hace mucha falta un trabajo coordinado entre los tres niveles de gobierno así como los poderes Legislativo y Judicial, la participación de la sociedad civil organizada y la ciudadanía, a fin de generar los mecanismos de prevención ante la presencia de grupos organizados que se dedican al secuestro, aplicar medidas tendientes a disminuir las ventajas de estos delincuentes como identificar la complicidad policiaca.
Establecer el compromiso político y una política clara y firme contra el secuestro, mecanismos para la denuncia de personas que estén dedicadas a este delito, actuación oportuna de la Fiscalía, cooperación interinstitucional y del sector público con el privado, que la ciudadanía tome medidas para reducir riesgos, campañas de sensibilización para lograr la comprensión pública del riesgo del secuestro.
En tanto que el Gobierno deberá asignar recursos destinados al combate contra el secuestro y crear grupos especializados para el combate de este delito, con adiestramiento efectivo, equipamiento táctico y equipó de investigación, armamento y blindaje de los elementos que participen en estas riesgosas misiones, así como la cooperación nacional e internacional.
En el mismo sentido es de vital importancia el establecimiento de protocolos para el momento en que se tiene noticia de un secuestro para la asignación efectiva de elementos y profesionales que hagan frente a la crisis para la respuesta inmediata, negociadores, operación, comunicación, investigación y preservación de la vida del secuestrado que conduzcan a la liberación de la víctima y protección de la familia y para el trabajo de inteligencia para el acopio de pruebas y testigos para que el fiscal finque los cargos de manera eficaz, en contra de los delincuentes.
Las policías locales y las fiscalías generales de los Estados, por lo general no emiten estadísticas oficiales sobre este delito, ya que es negada sistemáticamente la operación de células del crimen organizado dedicadas al ilícito del secuestro en las principales ciudades del país, llegándose a dar casos en los que los comerciantes han solicitado que se exima de impuestos para que puedan cumplir con el pago del derecho de piso.
Por lo que también es importante que el Estado trabaje la inteligencia y análisis de la información relacionada al tipo de víctimas, modus operandi, zonas de mayor riesgo y un acopio estadístico confiable para la implementación de políticas efectivas.
Por otra parte, es duro constatar que muchas personas que conocen a Tiburcio Bastián comenten en voz baja criminalizando a la víctima: “Seguramente, esta persona desapareció por que alguna falta grave habrá cometido en contra de algún poderoso”, por lo que lo pertinente será tomar cartas del asunto y una vez que veas caer a un compañero, en lugar de preguntar por quién doblan las campanas, recordar que mañana pudieran doblar por ti.