Chetumal.-La labor de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) es compleja.
Si aplica la Ley es persecutoria u hostigadora, de ser lo contrario, se presta a «cochupos».
Su fin es garantizar condiciones de salud para la ciudadanía, lo cual en administraciones anteriores se desacataba mediante pagos en especie y dinero, de empresarios a inspectores y autoridades.
Ahora se cumple con la Ley pero existe resistencia de los empresarios y comerciantes.
Recientemente se dio el caso del establecimiento dedicado a la venta de machacados «Pinocho».
Durante una supervisión sorpresiva, los inspectores detectaron que el personal carece de tarjetas de salud, productos sin fecha de caducidad, refrigeración inadecuada de insumos, suciedad en el área de manejo de hielo e ingredientes, cocina sucia y utensilios oxidados.
Lo anterior fue documentado con diversas evidencias.
Tras la clausura por tales irregularidades que ponen en riesgo la salud de sus consumidores, el propietario Freddy Montalvo Caamal denunció en redes sociales ser objeto de «persecución» de autoridades sanitarias.
Asimismo, una huelga de hambre en protesta.
El coordinador de la Cofepris, Miguel Pino Murillo, ordenó que se permitiera la reapertura del establecimiento, siempre y cuando se corrigieran las irregularidades.
En consecuencia, en redes sociales hubo críticas por un supuesto «arreglo» o «cochupos».
Al igual que otras, la labor de esta institución será cuestionada y criticada.
Es decir, si se aplica la Ley hay criticas; sino, también.
No obstante, la Cofepris continuará con su labor, sin importar las posturas que puedan surgir, porque la salud de la población es la prioridad.