Por Mario Castillo
Chetumal.-Sobre la mesa de la Secretaria de Salud de Quintana Roo, Alejandra Aguirre Crespo, hay un importante número de asuntos por resolver, todos ellos vinculados en la venta de plazas que ha salido a relucir en los últimos días, lo que será su prueba de fuego para demostrar que verdaderamente sigue la línea anticorrupción marcada desde la silla mayor de Palacio de Gobierno, o de plano ha enchuecado el camino incurriendo en las viejas prácticas del pasado.
Y es que este embrollo habla de una enorme estafa en la que fueron timados más de 250 personas bajo la promesa de darles trabajo dentro de la dependencia estatal, y en torno a ella giran los nombres de Roberto Poot Vázquez, líder del SUTAGE; Gonzalo Canul, subdirector de Recursos Humanos de la SESA; y de Martha González Castillo, directora administrativa de la Secretaría de Salud.
Pero también el de María del Rosario Reyes López, trabajadora de base de la SESA, misma que se identifica como la principal orquestadora y labora en el Centro de Salud # 6, ubicado en la colonia Forjadores, en Chetumal; así como su familiar e intermediaria Kaly (Jovita) Padilla, habitante del poblado de Carlos A. Madrazo.
Y es que la magnitud de este delicado asunto que ha mantenido en jaque a la de por sí enclenque dependencia, refiere a una estafa por alrededor de 5 millones de pesos, en la que los mencionados presuntamente tienen las manos metidas hasta el cuello, y el tema ya llegó hasta la Fiscalía General del Estado con una enorme lista de denuncias, pero al interior de la SESA y del mismo Gobierno del Estado hay sanciones que se deben de ejecutar de manera inmediata.
Empero, llama mucho la atención que desde que salió a la luz pública este bochornoso asunto que tiene al borde de la locura a más de 250 personas que apostaron hasta lo que no tenían para obtener un empleo, la titular de la Secretaría de Salud ha hecho mutis y no ha manifestado una postura oficial; ni una palabra y se encuentra prácticamente escondida de la prensa.
En realidad ninguna autoridad de la actual administración estatal ha hecho lo propio al respecto, y solo trascendido que ya interpusieron una denuncia, lo que deja asomar la gran incógnita respecto a si hubo contubernio entre las autoridades de salud, el dirigente del SUTAGE, la señora María del Rosario, y todos aquellos que hoy esperan que les sea devuelto el dinero que pagaron con el fin de alcanzar una plaza.
Pues no hay que pasar por alto que aunque defraudados y engañados, al final de cuentas los afectados también incurrieron en un acto de corrupción que, de haber sido favorecidos, jamás hubieran desnudado la mega estafa que prendió la mecha en la Secretaría de Salud.
¿Qué hará pues la doctora Alejandra Aguirre Crespo? ¿Hasta dónde estará dispuesta a llegar para demostrar que tiene las manos fuera de este embrollo? ¿Sacrificaron algún chivo expiatorio para lavarse las manos? ¿En verdad todo fue orquestado por María del Rosario Reyes López?