Por Carlos Cauich.
Zona Sur, Lázaro Cárdenas.- Las gruesas paredes de la iglesia abandonada del ejido de Guadalupe Victoria de este municipio encierra un enorme misterio, desde el principio cuando fue descubierta por unos ejidatarios en el año de 1950, cuando establecieron un campamento chiclero ahora colindante con el municipio de Benito Juárez y Solidaridad.
Tres kilómetros al sur se ubica una obra idéntica en el ejido de San Martiniano cuyos feligreses decidieron construir en su interior una iglesia rústica lo que permite que cuando menos se mantenga libre de maleza aunque los ejidatarios aseguran que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene conocimiento que existen pero a la fecha nadie se preocupa por rescatarlas.
La densa maleza y parte de la selva virgen reclama esta obra cuyas estructura conformada por una pared de 3 metros de grosor y una longitud de 100 por 50 metros metros con influencias similares a las iglesias de Sucupo y Chan Cenote ambos del estado de Yucatán pero ubicados a 180 metros al sur de la misma.
Los ejidatarios han solicitado que el INAH tome cartas en el asunto para que implemente un plan de conservación, pero a la fecha no tienen respuesta favorable al respecto.