Chetumal.- Aun cuando el principal comentario generado por los cambios y reacomodos de funcionarios celebrado hoy es que el Gobernador, Beto Borge, busca cerrar con fuerza el último año de su gobierno, no se puede dejar de observar, también, su claro trasfondo político.
Sin duda, la salida de Paula González Cetina de la CAPA; de Blanca Pérez Alonso, del IQM; de Diego Rojas Vargas de la Recaudadora de Rentas y de Luis Alamilla Villanueva de la Sedesi, son los cambios que más llaman la atención. De ellos, sólo a este último, quien es, además, sobrino del exgobernador Mario Villanueva, se le ve posibilidades de contender por un cargo de elección popular en los comicios locales del julio del año próximo.
Se presume que Luis Alamilla quien, en días pasados, fue designado coordinador distrital por el PRI-Quintana Roo, tendrá una nueva encomienda en la dirigencia estatal del tricolor.
La salida de Blanca Pérez Alonso del IQM era bola cantada, desde hace varios días, ya que se equivocó de estrategia al olvidar quien era el “dueño del circo” o, como dicen en el mundo granjero, trastabilló y “pateó el pesebre”. Ahora recibirá órdenes de Román Quiam y deberá cumplir con la tarea si desea seguir ostentando un cargo público.
Sin duda alguna que relevar en CAPA a Paula González Cetina, ha sido el movimiento de mayor peso político en los últimos años de Beto Borge. Porque se trata de una posición envidiable, política y económicamente, hablando. Pero, lo peor para la citada dama es que la manden como funcionaria de tercera, cuarta o quinta posición a la SEyC, donde los reflectores los acaparan Beto Alonso y la subsecretaria de Cultura, Lilián Chan.
El arribo del joven Gustavo Guerrero Ortiz a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado y, por otro lado, de María Hadad Castillo al IQM, son claras señales de que Beto Borge quiere tener el control total de ambas dependencias en el cierre de su administración.
Se presume que fue durante su paso como tesorero en el sexenio de Félix González Canto cuando Beto Borge conoció a Gustavo Guerrero Ortiz, a quien hoy da oportunidad de dirigir la “gigantesca” paraestatal por la confianza que le tiene.
Vale la pena recordar que tanto Paula González Cetina como Blanca Pérez Alonso, forman parte del equipo político del aún titular de la Secretaría de Educación y Cultura (SeyC), Alberto Alonso Ovando. Por lo que sendos relevos en CAPA e IQM, respectivamente, no podría interpretarse que como fuertes pérdidas en la bolsa de valores políticas del exdiputado “chapulín” y eterno aspirante a la presidencia municipal de Othón P. Blanco.
De igual forma, con el arribo del isleño Pablo Moreno Povedano al equipo de asesores, Beto Borge, comienza a “perdonar” a los priistas que tomaron parte de la candidatura independiente de Andrés Ruíz Morcillo. Pero, además, con la designación de Guadalupe Alamilla Ovando –esposa de Pablo Moreno- como encargada de la entrega-recepción de la Secretaría de la Gestión Pública, Beto Borge da otro espacio al equipo del exsenador, Eduardo Ovando Martínez, debido a que citada dama es sobrina de “La Gallina”.
Del equipo del ex gobernador, Joaquín Hendricks Díaz, Beto Borge incorporó a su gabinete al exsecretario de Hacienda, Jorge Brito Alpuche, en calidad de Recaudador de Rentas de la todopoderosa Secretaría de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN). Mientras que del grupo de Félix González Canto, nombró a María Hadad Castillo, en el IQM, organismo que ella dirigió, precisamente, en el primer tramo del gobierno felixista, cuando fue también suplente del senador Pedro Joaquín Coldwell.
Curiosamente, en su reinstalación en el IQM, Hadad Castillo es nuevamente legisladora suplente, ahora de la diputada federal Arlet Mólgora Glover.
Así pues, los sorpresivos cambios de este segundo lunes de noviembre involucran a funcionarios de los equipos y parentela de los tres gobernadores anteriores al de Beto Borge, decisiones que empiezan a arrojar varias lecturas para la carrera gubernamental 2016, a la que daremos puntual seguimiento.