En el 2016 la alianza del Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) hicieron llegar a la gubernatura a Carlos Joaquín González, si bien en aquel entonces no fue la misma alianza que provocó esa victoria sino más bien el hartazgo de los Quintanarroenses y sobre todo del sur por los delitos y atropellos de Roberto Borge Angulo.
Ahora, a cuatro años de distancia y de cara al proceso electoral para elegir a diputados federales, locales y de presidentes municipales, Carlos Joaquín es un lastre para el PAN y PRD sobre todo por sus desatinos que lo han colocado como el peor gobernador de Quintana Roo y aún por debajo de Roberto Borge Angulo, hoy preso en el estado de Morelos.
Para ambos partidos fue el hartazgo de la gente su principal aliado para ganar la gubernatura en el 2016, pero será el mismo factor que les quite votos luego de la pésima administración de Carlos Joaquín González que no sólo quitó puestos a los quintanarroenses sino que además entregó el Estado a los grupos delictivos y personas como Juan de la Luz y al ex gobernador de Morelos Graco Ramírez, cuya actual residencia se ubica en la zona más exclusiva de Cancún.
Así, la alianza PAN-PRD ha demostrado que Carlos Joaquín es el principal obstáculo para ganar cualquier elección, pues en el 2018 la “Alianza por Quintana Roo al Frente” sufrió un descalabro al perder el congreso y los municipios, ganando sólo en los ayuntamientos de Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos.
Hoy ambos partidos se encuentran en la lona, sin la confianza de la ciudadanía que vio traicionada sus esperanzas por un gobernador que prometió ser el “Gobierno del Cambio”, pero que fue peor que su antecesor y que hasta hoy la única esperanza de los Quintanarroenses es que Carlos Joaquín terminé tras las rejas como su homónimo Roberto Borge Angulo.