Chetumal.- Vecinos de la colonia Flores Magón de esta ciudad, solicitaron a las autoridades de los tres niveles de gobierno, intervengan para frenar los abusos y anomalías que se cometen en un bar de mala muerte denominado “La Cabaña del Negro”, ubicado sobre las confluencias de las avenidas Plutarco Elías Calles, con Emiliano Zapata, dónde parroquianos realizan sus necesidades fisiológicas frente a estudiantes de la escuela secundaria Adolfo López Mateos, además de otras irregularidades.
De acuerdo a denuncias hechas por los vecinos de la colonia antes mencionada, quienes pidieron se les guarde su anonimato por temor a represalias por parte del propietario de este lugar, así como de meseros y gentes de seguridad que prácticamente realizan trabajos de guaruras, al agredir y golpear a gentes que se encuentran en completo estado de ebriedad y que aparentemente se niegan a pagar las exageradas cuentas de consumo.
Agregan que para nadie es un secreto que desde que abrió este lugar de mala muerte empezó la inseguridad en la colonia, debido a que son constantes los robos a casas habitación, cristalazos a vehículos, riñas y gentes que realizan sus necesidades fisiológicas enfrente de menores de edad que salen de la escuela secundaria Adolfo López Mateos, además de la presencia de vándalos que merodean el lugar.
La situación es tan grave que los habitantes de esta zona viven intranquilos por el funcionamiento del bar denominado “La Cabaña del Negro”, el cual funciona hasta altas horas de la noche con música a todo volumen y mujeres de la vida galante que se prostituyen bajo el disfraz de meseras; esto sin contar con las tarjetas de salud correspondientes, además de los permisos que expide el municipio de Othón P. Blanco para realizar shows.
Algunos parroquianos aseguran que en el lugar te cobran la cuenta hasta en dos ocasiones, sin entregar recibos de consumo como lo exige el Servicio de Administración Tributaria (SAT), además de que la Secretaría de Salud brilla por su ausencia para realizar operativos, así como inspectores de la comuna capitalina que solo acuden al lugar para disfrutar de algunas cortesías que les otorga el propietario, para que todo siga funcionando de manera “normal”.
Cabe mencionar que el año pasado este mismo antro fue clausurado por el ayuntamiento después de que una afligida madre realizo una llamada al número de emergencias 066, para que policías la ayudaran a rescatar a su menor hija de 15 años de edad, la cual se encontraba en el lugar consumiendo bebidas embriagantes y prostituyéndose; sin embargo, de manera inexplicable a los pocos días nuevamente abrió sus puertas.