Chetumal.-Durante poco más de dos años como dirigente de la sección 25 del SNTE, el desertor de las aulas Rafael González Sabido, ha demostrado que su trabajo dista mucho de favorecer los intereses de la base magisterial asentada en Quintana Roo y enlistada en dicho sindicato.
Deprimente y lamentable ha sido el proceder de “el profe”, quien durante el tiempo que ha ostentado como líder ha demostrado que el doble discurso es su principal carta de presentación para medrar con las demandas de los maestros y ser privilegiado por los que mueven los hilos del poder en la Entidad.
Cabe destacar que al asumir el cargo, una de sus primeras promesas fue hacer una limpieza al interior de la Sección 25 para cortar de tajo a los enquistados maestros que por años han mamado del magisterio sin dar golpe en las aulas, algo que de no ser por la mentada “Reforma Educativa”, hasta la fecha seguiría abarrotando las filas de aviadores del SNTE, y no es que esto ya se haya acabado, la ventaja es que ya son menos los parásitos.
Sin embrago aún son muchos los que siguen viviendo a expensas de las mieles del gremio ya que no solo incumplió sus promesas, sino que “engordo la puerca” sumando más vividores a su putrefacto y deprimente proyecto. Aquí salieron favorecidos sus compadres, amigos de parranda y lameculos que le aplauden sus pírricas acciones al frente del SNTE a cambio de unas cuantas monedas.
Dentro de sus pifias, el pseudo líder sindical ha demostrado su total incompetencia hacia los conflictos de los que conforman la Sección 25, y no hay que olvidar tampoco que uno de sus primeros traspiés que le caracterizaron como inepto, fue descargar sus responsabilidades en el voraz “Oaxaco”. Arturo Alvarado Martínez, es una fichita que se comió de un bocado al torpe lidercillo; tan es así que a la fecha González sabido no mueve ni un dedo sin consultar a su “mañoso achichincle”.
Ahora bien, no hay que pasar al olvido que en el pasado conflicto surgido a raíz de las “Reforma Educativa y sus leyes secundarias”, el Líder fue pésimo como mediador y la bronca se le salió de control dejando a su jefe político mal parado con los maestros quintanarroenses, lo que ocasionó no sólo un mega plantón en la Explanada de la Bandera –en Chetumal-, sino la parálisis total del órgano de gobierno asentado en la capital del estado, donde se concentraron profesores de todos y cada uno de los municipios de la Entidad.
La principal demanda fue la cabeza de la entonces titular de la Secretaría de Educación de Quintana Roo, Sara Latife Ruiz Chávez y Rafael González Sabidos no pudo controlar al gremio, incluso los maestros lo desconocieron como líder ya que éste ofrendo su carrera política a la detractora de los educadores.
Después de la revuelta en la que tuvieron que intervenir el secretario de Gobierno Gabriel Mendicuti Loría e incluso el gobernador Roberto Borge para negociar con los profesores disidentes –y tras semanas de clases suspendidas-, las aguas se tranquilizaron para posteriormente nacer el huracán magisterial que tomó secuestrada la principal vía de comunicación del estado que conecta al norte con el sur, que fue mermado por la capacidad de dialogo del hoy encargado del despacho de la Secretaria de Seguridad Pública, Juan Pedro Mercader Rodríguez. Lo anterior tan sólo para señalar que en el transcurso de esta revolución, el lidercillo Rafael González Sabido hizo operación avestruz tras la ola de fregadazos que le llovieron como producto de su incompetencia y subordinación hacia los grupos del poder.
Meses después, como si nada hubiera ocurrido el líder tuvo la osadía de caminar por la avenida principal de Chetumal en el marco del desfile del 1° de Mayo, donde los maestros recordaron al gobernante en turno su deuda pendiente con la base magisterial de la Sección 25 del SNTE, marco en el que “el remedo de chamuco” recibió toda clase de insultos donde los mentores le recordaron incluso su fecha de alumbramiento y, otra vez quedó mal con su jefe político.
Hoy, cuando la “Reforma Educativa” ya empieza a marchar con sus leyes, Rafael González se postra cual damisela en alcoba, sin queja alguna de los cambios que de manera directa la Secretaría de Educación Pública (SEP), está haciendo a través de la Secretaría de Educación y Cultura (SEyC) ante el asombro de cientos de maestros que han sido removidos a modo sin que su líder meta las manos. El acuerdo así lo estableció, y al igual que en la alcoba, una vez depositado el dinero, a quien presta servicios solo le corresponde complacer al cliente, que a fin de cuentas es quien paga; quien mata el hambre de él y toda la familia.
Esto último, es lo que en plena etapa de concluir el actual ciclo escolar los maestros han denunciado públicamente en las redes sociales, por cierto un medio en el que González Sabido ha encontrado un espacio ideal para que los agremiado a la Sección 25 le expresen su desprecio ante la desfachatez y el valemadrismo que ha demostrado tras la serie de “reacomodos a modo” que se han dado al interior de la SEyC para supuestamente resarcir al demanda de docentes como producto de las plazas de jubilación que han quedado vacantes.
Sin lugar a dudas, aquí encaja otra frase de la abuela “dime perro pero dame de tragar”, que a fin de cuentas en los juegos de poder lo que manda es el maldito dinero, más aún cuando “el diablo mete las manos”.
Y no conforme con toda la serie de descaros y pifias cometidas en la que va de su deprimente carrera, Rafael González Sabidos hizo hoy –en un evento de entrega de apoyos al sector educativo por parte del Gobierno del Estado que tuvo lugar en la Explanada de la Bandera-, gala de su ineptitud al responder a los medios que desconoce el número de maestros que cobran vía nómina en la SEyC, y titubeo cuando se le cuestionó por un compañero reportero de cuál era el número de profesores que cobraban fuera de ésta respondiendo desconocer el tema “no debe haber ningún maestro cobrando por fuera”. ¿Entre gitanos no nos leemos la mano?
Tibieza o torpeza, omisión o estupidez, cualquier adjetivo es poco para llamar al nefasto, putrefacto y corrupta andar político del “diablo González Sabido”. Un personaje que juega a ganar para perder; ¿o a perder para ganar? Al tiempo ($$$).