Chetumal.- De poco servirán las medidas y restricciones implementadas por la Secretaría Estatal de Salud (Sesa) y Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a expendedores de alimentos, si estas no se extienden a “mataderos” y rastros.
Debido a que en tales lugares no siempre existen las condiciones mínimas de sanidad y porque al funcionar durante madrugada no hay inspectores que les supervisen.
Para garantizar la salud de los consumidores, la Sesa y la Cofepris dispusieron medidas más estrictas que mantengan los insumos y alimentos en buen estado, por las elevadas temperaturas registradas que les descomponen en poco tiempo.
Tales requisitos obligan a los expendedores de alimentos a invertir más recursos de lo acostumbrado, pese que no les recuperen, indicó María Sánchez Poot, propietaria de una fonda.
“Nos piden que tengamos más cuidados y le invirtamos para que nuestros alimentos no se descompongan, pero porque los inspectores no van a los rastros y mataderos, donde las medidas de higiene no son las que nos exigen”, afirmó.
Indicó que la inspección sanitaria se da a partir de las 08:00 horas cuando el personal entra a trabajar, pero no en las madrugadas.
“Nos vigilan mientras trabajamos pero ¿Qué hay de aquel tiempo cuando se da la matanza de animales y luego les transportan en pailas y cazos que no siempre son higiénicos? La supervisión sanitaria debe ser en la madrugada para que haya seguridad en la salud y no nos quieran cargar el muertito a quienes vendemos alimentos, pues muchas veces el producto puede estar descompuesto desde antes”, afirmó.
Exhortó a la Sesa y Cofepris a ampliar sus inspecciones a rastros y mataderos de pollo durante las madrugadas para regular la situación y corregir deficiencias que pongan en riesgo la salud.