Por Mario Castillo Rodríguez
Bacalar.-La falta de políticas de asistencia social adecuadas, han generado que en el municipio de Bacalar prevalezca el fenómeno del alcoholismo, derivando en una marcada desintegración familiar por la falta de manutención de los padres hacia los hijos.
Y es que diariamente son de 2 o 3 casos los que se presentan ante la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia, donde las madres argumentan que el esposo no cumplió con sus responsabilidad por haberse gastado “la raya de la semana” ingiriendo bebidas embriagantes.
El responsable de dicha Procuraduría en el décimo municipio de la entidad, Luis Manzo Pantoja, reconoció que este fenómeno ha prevalecido entre los varones del sector obrero, principalmente albañiles, que de manera recurrente son demandados ante dicha instancia por falta de manutención.
Puntualizó que el mayor número de casos se presenta en la cabecera municipal, aunque no descartó que este factor también impacte en las comunidades, que por su lejanía complica a las mujeres afectadas trasladarse a Bacalar a interponer la respectiva denuncia.
Dijo el entrevistado que la mayoría de los casos están ligados con el abandono de hogar e incluso violencia familiar, pero remarcó que este último factor lo reservan las señoras de la casa por temor a quedarse sin el sustento del cónyuge.
“Solo tenemos dos o tres denuncias al mes violencia porque la mayoría de las señoras que acuden a la Procuraduría Municipal argumentan que si demandan a sus maridos después quien les dará de comer a sus hijos, y es por eso que les es más fácil quedarse calladas y seguir aguantando los malos tratos de sus parejas”, aseguró Luis Manzo.
Y aunque señaló estar consciente de que este tipo de conductas violenta los derechos de la mujer, se refirió a este grave fenómeno social como un hecho interno de la propia familia, y en el que “no se procede por cuenta propia” debido a que las mujeres no denuncian.
Con este tipo de declaraciones, Manzo Pantoja, dejó en evidencia que dicha área del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia, que preside Rosina Castillo de Contreras, ha propiciado con la pasividad de su actuar la marcada desintegración familiar que impera en Bacalar.