Por Malixpek
Intento entender pero los tres dedos de frente no me alcanzan y me pregunto, ¿para qué construir obras si no se le van a entregar a los ciudadanos?. ¿Que caso tiene construirlas si no se hace uso de ellas?. Ah, me refiero al teatro al aire libre del populoso balneario «Dos Mulas».
Todos los días decenas de personas lo ven, pasan en frente, y los sábados y domingos se arremolinan en derredor, pero nadie puede hacer uso del teatro al aire libre construido por la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) hace más de medio año.
Esta obra, forma para de un paquete de cinco proyectos anunciados en octubre de 2013 para todo el Estado. Entre estos, sólo por mencionar uno de este paquete, está la remodelación de la avenida Tulum en Cancún, que aún hoy no se concluye.
De acuerdo al cartel de obra instalado al pie del teatro, este tuvo una inversión de 5 millones de pesos. Cifra que honestamente, ya ni siquiera cínicamente, no le veo por donde se hayan invertido.
No soy maestro albañil, menos ingeniero civil, pero no me cabe en la cabeza que las plataformas que hacen el escenario, y la estructura metálica con lona conocida como Tenso-estructura cuesten cinco milloncitos de pesos.
Y lo digo porque pese a que el cartel dice: palapas, andador con estructura de madera, «deck» de madera, rampas, teatro al aire libre y gradas, no le veo después del teatro, donde esté lo demás.
Los andadores de madera que tiene el lugar, hasta donde recuerdo, no se acaban de construir, lo mismo que las palapas ya deterioradas. ¿Rampas? ¿Cuáles rampas?. ¿Gradas?.
Yo no sé si el gobernador Roberto Borge Angulo lo sepa, sin embargo, es una verdadera tristeza tener un teatro al aire libre listo, pero por alguna razón que desconozco, no está en uso y se deteriora día tras día sin que nadie, absolutamente nadie con una pizca de inteligencia se le ocurra entregarlo para su uso.
Ya estamos acostumbrados a la característica falta de interés y menosprecio de Laura Fernández Piña, secretaria estatal de Turismo por el Sur, pero no sabíamos que era la misma situación con Fernando Escamilla Carrillo.
Y eso que está anunciado también el Museo del Faro, que tampoco se sabe cuándo estará abierto al público. A lo mejor se abra cuando se concluya el Museo de la Bahía en lo que hoy es mejor conocida como la mega chatarra, que tuvo la intención de ser la megaescultura o la escultura Mestizaje Mexicano.
No lo entiendo y eso que lo intento. Y como yo, muchos chetumaleños y visitantes tampoco. En fin, aquí tenemos un nuevo caso «para la araña».
Hasta pronto.
Octubre de 2014.