Chetumal.-Si viene es cierto que los miles de baches que inundan las calles de las distintas colonias dan un mal aspecto a la fisonomía de Chetumal, el mal estado en el que se encuentran decenas de alcantarillas y tapas de coladeras propiedad de la Comisión de Aguan Potable y Alcantarillado (CAPA), contribuyen también a la mala imagen de la capital del estado.
Y es que aparte de representar un grave peligro para invidentes, personas de la tercera edad, niños e incluso automovilistas, estos desperfectos dejados al abandono por la CAPA son también fuente de malos olores y desde luego un foco de enfermedades para los vecinos de estos ‘puntos negros’ de dicha dependencia.
Es evidente que los reflectores de quien lleva las riendas de la CAPA, Paula González Cetina, están enfocados a las grandes obras de infraestructura –las que si dejan jugosos dividendos económicos, dejando a un lado los ‘pequeños detalles’ que son sin duda todo un dolor de cabeza para los habitantes capitalinos, y que por años han vivido con este mal al que nadie pone la debida atención.
En la imagen puede apreciarse el enorme hoyo que se ha convertido en el pan de cada día de los colonos que habitan sobre la calle Rio Verde con cruzamiento Av. Constituyentes y Corozal, mismo que se encuentra exactamente a espaldas de conocida planta abastecedora de gas, y a la que por cierto diariamente acuden cientos de clientes que tienen que hacer circo aroma y teatro para no caer en el hoyanco.
A decir de los vecinos, son numerosas las ocasiones que han acudido ante las autoridades competentes –y hasta con las incompetentes-, para que este desperfecto de la CAPA sea reparado, pero a la fecha lleva más de un año sin que se obtenga una respuesta positiva.
Para los responsables de los servicios de Agua Potable y Alcantarillado ha sido más cómodo poner cintas plásticas de señalización con la clásica leyenda de “peligro”, que tomar cartas en el asunto para reparar de manera adecuada este tipos de desperfectos que abundan por toda la ciudad de Chetumal, y que son de la total responsabilidad (o más bien irresponsabilidad) de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado.