Chetumal.-Por falta de coordinación entre autoridades de los diferentes ámbitos de Gobierno la pesca furtiva sigue causando estragos en la conservación del Caracol Rosado, por ende se afecta la subsistencia de 180 familias, denunció el presidente de la Cooperativa Banco Chinchorro, Antonio Pat Bacab.
Expuso que después de la veda promulgada en el lugar por cinco años, las tres cooperativas que laboran en el atolón sólo se pueden dedicar a la captura de langosta y la pesca, pero “los piratas” no respetan lo anterior.
Visiblemente preocupado, Pat Bacab mencionó que la veda emitida por las autoridades por cinco años en cuanto a la captura de caracol rosado no fue una medida pertinente, pues ahora, los furtivos “trabajan” a sus anchas, sin competencia y deteniendo el desarrollo de la especie.
“Como si fuera poco, sólo se implementó en Banco Chinchorro, por lo que los furtivos cínicamente, se dan la vuelta por San Pedro y dicen que atraparon en otra zona el caracol”, señaló.
En cuanto a los números obtenidos por la temporada de captura de langosta 2012-2013, mencionó que son casi 20 las toneladas del molusco recabadas hasta el momento.
“Tenemos el problema que hay producción pero bajo costo, de 180 pesos el kilo se nos desplomó el precio hasta los 140, nos quedan dos meses de captura y calculamos que difícilmente llegará a los 150 de nuevo”, dijo.
Aceptó que “desgraciadamente”, la pesca furtiva afecta hoy más que nunca la economía de los socios de la cooperativa.
Pat Bacab abundó que las bandas organizadas se encuentran plenamente identificadas, utilizando a personas de escasos recursos para dicha actividad, pero, las leyes que norman este tipo de conductas ilícitas no se encuentran debidamente enfocadas a resolver el problema, por lo que las sanciones son mínimas.
“Hay que atraparlos en flagrancia y aunque sepamos quienes son no los podemos detener ya que además cuentan con lanchas rápidas”, dijo.
El presidente de la Cooperativa Banco Chinchorro expresó que en breve, arriban a ese atolón personal de Semarnat y otras dependencias federales con el propósito de brindar apoyo a los pescadores y frenar la pesca furtiva, adelantando que de igual forma, la asociación espera recursos económicos que se destinarán al mismo fin.
Cabe mencionar que las cooperativas pesqueras han señalado a cuatro bandas que no se rigen de ningún, no pagan impuestos y dado que las multas son mínimas se vuelve un negocio redondo que puede ocasionar que año tras año más pescadores dejen de formar parte de la cooperativa y se vuelvan furtivos.
Antonio Pat puntualizó que 180 familias dependen directamente de las actividades de las cooperativas, por lo que no es justo que el producto caracol, se lo lleven los pescadores furtivos sin que ninguna autoridad tome cartas en el asunto.
Recientemente la directora de la reserva de la biosfera de Banco Chinchorro, María del Carmen García Rivas, enfatizó que la pesca furtiva continúa siendo uno de los principales problemas a los que se enfrentan las cooperativas pesqueras que operan dentro de la reserva, aceptando que incluso, han recibido llamadas de amenazas de muerte por parte de los furtivos, para que ya no se realicen los operativos de vigilancia.
Enfatizó que la pesca comercial está permitida en las reservas ecológicas, siempre y cuando sea una actividad sustentable y de beneficio hacia la comunidad, además de que se garantice que el ambiente no se dañará.
De acuerdo a los últimos estudios que datan desde 1997 la pesca furtiva en Quintana Roo extrae al año 120 toneladas del producto, mientras que las cooperativas autorizadas apenas alcanzan las 20 toneladas.