Chetumal.- Si algo puede caracterizar hoy a la diputada Mayuli Martínez Simón es la mentira y la soberbia que le rodean y no le permiten hablar de frente con la ciudadanía quintanarroense, ni mucho menos tener esa cercanía que la gente demanda, pues mucho ha sido criticada por “batear” a todo aquel que se acerque a su cubículo del Congreso del Estado en busca de respaldo.
Y no es que extrañe que alguien que se desenvuelve en el escenario político mienta, lo criticable es haber llegado con la palabra de cambio por delante tras haber criticado en campaña los errores y las malas prácticas de quienes le antecedieron en el Poder Legislativo, para caer precisamente en ese círculo vicioso.
En la última semana del mes de Enero de este 2017, en un programa de radio donde fue invitada para hablar respecto de los Foros de Consulta Ciudadana para la Conformación de la Agenda Legislativa de la XV Legislatura, -a pregunta expresa- la diputada chetumaleña aseguró que las rentas de dos oficinas que tiene en el edificio de la CANACO ella las pagaba de su propio dinero cuando no es así.
A través de un documento pudimos comprobar que dichos espacios son pagados por el Congreso del Estado para complacencia de la Legisladora, que no ha tenido más mérito que su cercana amistad y relación partidista con el Diputado Presidente de la Gran Comisión.
El documento, detalla que Martínez Simón ocupa dos bienes arrendados para uso de la Comisión de Participación Ciudadana y Órganos Autónomos, la cual preside, por la cantidad de 3 mil y 2 mil 500 pesos, respectivamente.
Esto comprueba no sólo la mentira de la Legisladora, sino su falta de respeto hacia la sociedad que le dio su voto para llegar al Congreso de Quintana Roo, cayendo en las mismas “malas mañas” que tanto criticó en la búsqueda del respaldo popular.
Habría que recordarle pues a la citada dama que su arribo a la diputación lleva a cuestas una doble encomienda, primero por gozar del voto ciudadano, y segundo por ganar también ese espacio por la vía plurinominal.
Los panistas están obligados a demostrar el compromiso que dejaron casa por casa en campaña, y en ello deben trabajar también con cercanía las clase popular.
Desde luego, ese tampoco es su fuerte de la diputada, ya que en ese mismo programa de radio, y hasta en redes sociales, ha sido criticada por su actual actitud soberbia que coloca un abismo entre el pueblo y su “representante” en la Máxima Tribuna del Estado.
Queda claro que encumbrando la mentira y la soberbia, Mayuli Martínez jamás podrá aterrizar su sueño de gobernar el municipio de Othón P. Blanco. Ha perdido el piso y eso se ve hasta en su manera de vestir y con el montón de asistentes y asesores que le paga el mismo Congreso de Quintana Roo, en una lista que incluye hasta un cantante y rumora el pago de asesoría de su propia madre.
La bendición de Dios, es la que hoy necesita la señora Diputada para alcanzar su objetivo de ser la sucesora de Luis Torres Llanes en el ayuntamiento capitalino, porque al menos el pueblo-en medios de comunicación y redes sociales- ha gritado a viva voz que “ni de chiste comete el error de votar por ella otra vez”.
Es de añadirse que el documento aquí expuesto detalla el concepto general de bienes en arrendamiento que a la fecha tiene el Poder Legislativo de Quintana Roo, y en él también se aprecian otras dos oficinas para uso de la Comisión de Hacienda Presupuesto y Cuenta que Preside el diputado Emiliano Ramos Hernández, pero a diferencia de la legisladora chetumaleña, él nunca ha negado que esas oficinas las paga el Congreso.