Efecto Mariposa.
El asesinato de Liborio Alejandro Núñez Medrano en la Ciudad de Bacalar, un joven de 27 años, quien dejó a dos bebés en la orfandad, conmovió a los habitantes de este municipio, debido a que el joven era ampliamente conocido, por ser una persona tranquila, trabajadora y de trato respetuoso, hijo de padres campesinos con un modo humilde de vida, caso donde debería existir una línea de investigación por extorsión y cobro de Derecho de Piso por parte del crimen organizado.
El asesinato de la Familia LeBarón es solo el botón de muestra del ataque bajo fuego al que están expuestos las familias mexicanas (que de no tener la doble nacionalidad México-americana hubiesen pasado desapercibidos), ya que los cárteles de la droga se han diversificado, acechando hoy día a todo tipo de comerciante, para pedirles derecho de piso, muchas veces estos comerciantes trabajan en la informalidad y reciben ingresos mínimos, asesinándoles impunemente para sembrar el terror y obligar a comerciantes establecidos a pagar el “Derecho de Piso”, actividades criminales que solo podrían llevar a cabo, la delincuencia organizada si contaran con el respaldo de los cuerpos de Seguridad Pública, ya que el estado aun cuenta con un poder mucho mayor.
Los Cárteles de la Droga han diversificado sus actividades y en el afán de conquistar más territorio han reclutado miles de sicarios, crecimiento de estructura que demanda más recursos para mantener la operatividad sin echar mano de sus principales ingresos por el tráfico y trasiego de la droga, por lo que comenten delitos de alto impacto como es el secuestro, tráfico de mujeres, tráfico de órganos, tráfico de indocumentados y fayuca, crímenes que golpean directamente a las familias, diezmando a sus integrantes, sus ingresos y condenandolos a vivir eternamente con el terror en sus vidas, ante la pérdida cotidiana de sus seres queridos.
Chetumal ha sido testigo del asesinato a sangre fría de sus jóvenes, como son; el asesinato con ráfagas de R15 de Norvick Caamal (El güero) de 17 años, quien trabajaba de ayudante de su madre en la lonchería que esta atiende, y en las tardes en una pizzería, y a su vecino D. A. (La pulga) también de 17 años, y el homicidio más reciente del joven hijo de Gina Blancas Pizaña, perpetrado por un grupo armado con armas largas de grueso calibre a bordo de una camioneta Tahoe, sucedido dos días después del asesinato del joven Liborio Núñez y estos se suman a los doce asesinatos en lo que va del año en esta Zona, además de los muertos encontrados en áreas de la Zona Rural que nadie menciona.
México está bajo fuego con casi tres mil personas asesinadas cada mes (de los cuales 90 son niños), donde los Cárteles de la Droga se han apoderado de la mayor parte del territorio nacional, imponiendo su Ley, desplazando a los cuerpos de Seguridad Pública, en la mayoría de los casos se tiene la percepción de que reparten grandes sumas de dinero en calidad de sobornos a funcionarios de la Administración Pública, especialmente a los que están relacionados con las Fiscalías, Ministerio Públicos, Seguridad, Militares así como Políticos de gran influencia.
La sumisión y cancelación de la responsabilidad del estado de combatir al crimen, asumiendo la política de besos y abrazos hacía los grupos criminales, por parte de los tres niveles de gobierno, ha dejado a la indefensión a las familias mexicanas e incluso se ha llegado a criminalizar a las víctimas acusándolos de tener relación con el crimen organizado, para darles carpetazo y dejar en la impunidad estos asesinatos, sin que el estado cumpla su obligación de realizar una investigación de oficio que permita presentar ante un Juez a los responsables.