Por Mario Castillo
Chetumal.-Los repentinos y altos incrementos a la gasolina, la energía eléctrica, la materia prima, así como el inclemente régimen hacendario, han derivado en la informalidad de quienes se dedican a la industria panificadora golpeando severamente al sector.
José del Carmen Villanueva García, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa) en Chetumal, destacó que la difícil situación económica que priva en la capital del estado no es ajena a los que se dedican a la panadería.
Detalló que ante el ataque generalizado de dicha problemática, varios negocios cerraron sus puertas en los últimos años proliferando la informalidad como principal amenaza para los cerca de 30 negocios establecidos en la ciudad.
Pues dijo que se han detectado un promedio de igual número de panaderías que operan en el clandestinaje para evadir los obligaciones tributario, que hacen más complicado el mercado ante la marcada competencia desleal al ofrecer el producto a domicilio y a menor precio; “aunque la calidad de la barra y el pan dulce no sea la misma”, abundó.
“Esto nos golpea a los que estamos organizados, a los que estamos cautivos y tenemos que pagar impuestos y comprar la materia prima de manera legal, son muchos, alrededor de unos 30 los que existen en Chetumal, pues ahorita los que tenemos registrados en la Canainpa y otras cámaras hacen un número similar a los que están en la informalidad”, acentuó José Villanueva.
Puntualizó que esta es la razón principal por lo que el precio del pan no puede ser uniforme, toda vez que mientras aquellos que tienen panaderías formales utilizan insumos de primera haciendo un producto de buena calidad y que circunda en los 5 pesos por pieza; deben competir con los que se buscan la vida en la informalidad con precios que van entre los 2.50 y 3 pesos por barra o pan dulce, y que son elaborados sin la misma calidad para ganar mercado en forma desleal.
Es de añadirse que esta situación ha generado que las ventas de quienes están en la formalidad disminuyan en alrededor del 50% en comparación con años anteriores, sumado a la llegada de las cadenas comerciales que de igual manera han mermado el mercado local de la industria de la panadería.