Efecto Mariposa
El gobierno del cambio pretende continuidad transexenal.
La ciudadanía quintanarroense se siente agraviada por el grave problema de inseguridad que les aqueja cotidianamente, al grado de que este estado supera 10 veces la tasa mundial de homicidios; que es el razón de 6.2 homicidios por cada 100,000 habitantes en el mundo contra 80 homicidios por cada 100,000 habitantes en Quintana Roo, resintiéndose la violencia principalmente en la ciudades de Playa del Carmen, Tulum y Cancún.
La emboscada, desarme y secuestro del que fueron objeto 20 policías estatales en la comunidad de Luis Echeverría, da cuenta de que el imperio de la Ley recae en la delincuencia organizada rebasando el estado de Derecho de Quintana Roo; que sumado a la ola de desapariciones y homicidios perpetrados por grupos criminales que se han extendido hasta el sur de Quintana Roo, abarcando Bacalar, Chetumal y las comunidades de la Rivera del Río Hondo, mantienen a la población en la zozobra.
Mientras en la zona sur, la principal causa de resentimiento de la ciudadanía es el trato inhumano que el gobierno del estado ha dado a los trabajadores de la burocracia estatal, con una reducción drástica de las prestaciones económicas que por ley les corresponde.
Los trabajadores al servicio del gobierno del estado, han manifestado cotidianamente su inconformidad ante el acoso del que son objeto cotidianamente por parte de los funcionarios del gobierno del estado; quienes además de sufrir vejaciones y falta de respeto hacia sus derechos humanos, de manera sistemática les han ido recortando sus percepciones económicas, reduciendo drásticamente la calidad de vida de miles de familias, especialmente en la ciudad de Chetumal; donde se asientan los tres poderes del gobierno del estado de Quintana Roo.
Por otra parte un segmento muy importante de la población de la zona sur; como son los municipios de José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Othón P. Blanco está compuesta por familias campesinas, que han sufrido la falta de programas de desarrollo para el campo, nula inversión, falta de asistencia social y abandono total de las actividades productivas, lo que causa un rechazo al llamado gobierno del cambio.
Se evidencia que existe un férreo control político sobre todos los actores y organismos políticos de la entidad, con lo que el gobierno del cambio pretende lograr una continuidad de sus líneas políticas y trascender este sexenio, con el objetivo de superar la debacle que sufrió el ex gobierno encabezado por el hoy presidiario; Roberto Borge Angulo y a través de alianzas afianzar la continuidad de negocios anclados por esta administración con grupos políticos afines al poder económico.