Por El Malix pek
De los muchos, muchísimos temas que brincan por doquier en nuestro Quintana Roo, hay uno que en los tres últimos días ha traspasado las fronteras locales, nacionales y ha llamado la atención internacional: el desalojo de dos turistas en la mundialmente conocida Playa Mamitas de Playa del Carmen.
Desde el domingo último circularon profusamente por las redes sociales, imágenes en las que un par de policías turísticos de Solidaridad, primero; después, al menos cuatro elementos policiacos, desalojaban a dos turistas de la playa mientras estos se resistían y otros, turistas, filmaron los hechos.
En las imágenes se observa cómo los policías, incluso algunos portando armas largas, esposaban a los jóvenes para sacarlos de la playa, respondiendo a las órdenes de una empresa privada, pese a ser esta un área pública.
No se observa que los jóvenes estuvieran haciendo algo indebido o violentando alguna ley específica; sí, a un grupo de policías turísticos en una acción, que independientemente esté enmarcada por la ley o no, resulta totalmente opuesto a la máxima del servir y proteger que asumen estos servidores cuando se enfundan el uniforme de policía.
Siendo Quintana Roo un estado eminentemente turístico, y Playa del Carmen, el corazón de la Riviera Maya que, con creces ha superado incluso la marca Cancún, el tema trascendió las fronteras locales con la velocidad de las redes sociales.
Por la importancia del mismo, habría que puntualizar lo siguiente:
1) Esta no es la primera vez que desalojan a una persona en Playa Mamitas, un área que el gobierno federal tiene concesionado al hotel Mamitas Beach Club. La Dirección General de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) tiene registrado un caso en el mismo lugar en el año 2005.
2) Todas las concesiones que otorga el Gobierno federal a través de la Zofemat, son única y exclusivamente para comerciar en el área, sin perjuicio a terceros; de ninguna manera la concesión implica, indica o establece la propiedad sobre el área concesionada.
3) La actuación de la Policía Turística Municipal, en apoyo a un particular violentando los derechos de un tercero.
Habría que preguntarle al comandante Baltazar Díaz Acosta, encargado del Despacho de la Policía Turística en Solidaridad: ¿Existen un protocolo para la actuación de los policías bajo su mando en este tipo de acciones?
En innumerables ocasiones han salido a la luz pública corruptelas de las corporaciones policiacas, que no se afirma que este sea el caso; sin embargo, hay que insistir en el porqué de la actuación de la policía turística en un hecho que, salvo que las investigaciones digan lo contrario, no se ve que el par de turistas estén violentando alguna ley.
Como consecuencia inmediata de los hechos, la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo abrió una investigación sobre el caso.
El tema caló tan profundamente que, el propio titular de la SECTUR, que se supone debía despachar en Quintana Roo, pero nunca lo ha hecho, salió de su zona de confort para lamentar el suceso y aceptar que a los turistas se les violaron sus derechos.
A este se le unió la protesta generalizada de la sociedad que convocó a una reunión masiva este domingo próximo en esa playa como una forma de manifestación pacífica contra la privatización de las playas mexicanas.
Ante la avalancha y condena en las redes sociales, la presidenta municipal, Laura Beristaín Navarrete primero reconoció ayer que fue un hecho vergonzoso y ordenó abrir una investigación contra los policías que lo protagonizaron.
Hoy, en un segundo episodio, convocó a los turistas violentados y públicamente les ofreció una disculpa, luego de una reunión a puerta cerrada con ambos.
En tanto, el Mamitas Beach Club, como aquel que tira la piedra y esconde la mano, se deslinda olímpicamente en un escueto comunicado, en donde incluso señala que, la policía turística fue llamada a petición de la misma pareja.
Sin embargo, esta vez, parece ser que el agua se derramó el vaso, pues personalmente el director nacional de Zofemat, Rodrigo Hernández anunció que ya se está realizando una investigación del caso y esta misma semana la empresa deberá comparecer sobre los hechos.
La Zofemat no sanciona, no multa, otorga concesiones y las cancela.
Por ello, si el Mamitas Beach Club ya tiene un historial negativo, y ese historial ya se encuentra en manos de la Zofemat, podríamos ver en unos días, por primera vez en el país, la cancelación de una concesión para uso y usufructo de las playas mexicanas.
Esa sería una muy buena advertencia contra todos aquellos concesionarios que se sienten propietarios de las playas mexicanas y que expulsan de esos lugares no sólo a los verdaderos dueños de las mismas que somos todos los mexicanos, sino también a los visitantes indeseados.
Por otro lado, hay que esperar los resultados de la investigación que ordenó en Asuntos Internos, Laura Beristaín contra los policías, y que, atrajo ya la Fiscalía General del Estado (no sabemos por qué motivo o bajo qué sustento jurídico).
Si de por sí nuestros destinos turísticos, bajo la lupa internacional se encuentran en jaque ante la imparable violencia que azota al Estado, sumarle este tipo de acciones, sin duda alguna es como dispararse en el pie.
Sin duda alguna.
Chetumal, Q. Roo. 18 de febrero del 2020