Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal.-Un total y descarado robo es el que comete la gasolinera denominada Full-Gas, ubicada en avenida Héroes esquina camelias, misma que despacha litros incompletas, y que por cada 20 desfalca a los chetumaleños con más de 20 pesos.
Y es que al ser sometida esta estación de servicio a una prueba ciudadana, resultó que sólo sirvió cerca de 18.5 litros de los 20 que fueron solicitados, y por los que el despachador cobró un monto de 271 pesos con 41 centavos, a razón de un precio establecido de 13.57 pesos por litro de Magna.
No obstante, si “Pitágoras” no miente y las cuentas no fallan, por los 18.5 litros expedidos debió haber cobrado la cantidad de 251.04 pesos; por lo que de manera vil y descarada pudo constatarse que son 20 pesos con 35 centavos los que se roban por cada 20 litros.
Así lo dio a conocer el regidor capitalino Fernando Celaya Espinosa, quien dijo que cada semana estarán haciendo un sondeo para detectar cuales son las gasolineras de Chetumal que dan menos litros que los que deben de dar, lacerando así la desgastada economía de los habitantes othonenses y de quienes visitan la capital del Estado.
En este sentido, manifestó que si la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) e incluso los mismos gobiernos (federal, estatal y municipal) no procuran ir en defensa de la sociedad, “son los mismos ciudadanos los que deben hacer un llamado a no consumir gasolina en donde no nos están dando litros de a litro”, agregó el Concejal.
Ahora bien, esto es en cuanto a una sola de las más de 20 gasolineras asentadas en Chetumal, ya que si tomamos en cuenta los más de 50 mil vehículos que diariamente circulan y cargan gasolina en éstas; es un verdadero saqueo el que cometen las empresas dedicadas a la venta de este combustible.
Es decir, como ejemplo, si al día cada automóvil carga 20 litros, multiplicado por los 20 pesos con 35 centavos que nos roban las gasolineras; es 1 millón 17 mil 500 pesos los que las estaciones de servicio se estarían metiendo diariamente gracias al arte de la tranza, el robo y la latente corrupción, y gracias a la dejadez de la que generalmente hacemos uso como consumidores.