
Eduardo Martínez Arcila «descubrió» el hilo negro en el Congreso del Estado. Una vez hecho presidente del órgano de control de ese Poder, inmediatamente solicitó la nómina, pero no la regular, no la oficial.
Tras leer el documento completo, pidió las portadas: Hay aviadores en el Congreso, anunció.
El tema no hubiera tenido mayor trascendencia, si no hubiera ventaneado a un esquirol de su ahora aliado, Eduardo Espinosa Abuxapqui. Está bien tiras de guamazos, pero no a los que te cuidan la espalda.
El enojo era entendible. En primer plano estaba el nombre de Ezequiel Trejo Gómez «El Cheques», ahora ex oficial mayor del Ayuntamiento Othón P. Blanco.
«El Cheques» ya tiene algunos ayeres trabajando para Abuxapqui. La ha hecho de todo, pero especialmente de «auxiliar ve». Lo mismo que su antecesor, Martín Muñoz Tun.
Así que después de muchos años de haber recogido sólo migajas les cayó por fin el premio «gordo» y ocuparon primeros planos en la Comuna. No desperdiciaron su tiempo, acumularon todo el dinero que pudieron junto con Claudia Granados Méndez y César Euán.
Pero a diferencia de Martín Muñoz, «El Cheques», no se quiso quedar en la banca y decidió regresar a su «plaza» en el Congreso.
Ese fue su error. Ahí fue donde lo identificó Eduardo Martínez Arcila y le disparó. Disparo que provocó el enojo inmediato de Abuxapqui y tensó las relaciones entre el grupo de Carlos Joaquín y los abuxapquistas.
Abuxapqui, apenas viene saliendo de un pandemoniun a causa del líder sindical del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, Ángel Pérez Chávez, quien para desviar la atención de sus agremiados sobre un desfalco a la organización, le aventó al todavía presidente municipal diversas acusaciones.
Pérez Chávez manipuló su asamblea para que los trabajadores inculpen a Abuxapqui de querer basificar a amigos y no dar bases a trabajadores con varios años de servicio.
A través de cuentas anónimas creadas ex profeso, envió listas de nombres adjudicándoselas a su presidente municipal y jefe.
El chiste de la basificación, no sólo es para recompensar a los trabajadores que tienen varios años de servicio a la comuna, sino, para incrementar el monto de los dineros que maneja el sindicato, a través de las cuotas de los sindicalizados.
Esas cuotas que Ángel Pérez Chávez maneja a discreción sin rendir cuentas. Y sucedió de nuevo, distrajo a los trabajadores y de las cuotas que ya no existen, nadie reclamó nada.
Así, a unos días de dejar la administración municipal, Eduardo Espinosa Abuxapqui ya no ve lo duro, sino lo tupido del «fuego amigo» desatado en su contra… ¿por órdenes de quien?.
8 de septiembre de 2916.