Por Malixpek
Tras la derrota del 5 de junio, el PRI no ha podido terminar de lamerse las heridas y enterrar a sus muertos.
La contundente victoria de Carlos Joaquín González, no sólo puso desarticuló las principales redes de operación del priismo quintanarroense, sino también desnudó una verdad negada, la sobrevivencia a cargo de los erarios estatal y municipales.
Políticamente el PRI no tiene dirección y económicamente está quebrado. La historia no es de cánticos gloriosos, como esperaban los tricolores, sino que han entrado en una vía dolorosa que no parece tener fin.
Su dirigente, Raymundo King de la Rosa lo és sólo en el papel, se ha quedado sin el respaldo de las figuras que sostenían al otrora poderoso partido; se ha quedado sin el apoyo de sus estructuras y organizaciones que sólo desean patearle el trasero y ocupar hacerse de los despojos del PRI.
Su líder moral y político, el todavía gobernador Roberto Borge Angulo intenta salvar un posible juicio político, varios juicios penales y controversias constitucionales.
Roberto Borge anda ocupado, no tiene tiempo para su partido en lo local. Está prestando atención a nivel nacional ante la traición de Enrique Peña Nieto, quien a través de Enrique Ochoa pretende echarlo de la manada y dejarlo a merced de sus enemigos.
Mientras empiezan en lo local las embestidas que no pueden detener los priistas. En el congreso perdieron por lo pronto la mesa directiva del primero período ordinario de sesiones. Se les volteó su aliado el PANAL y también sus aliados no declarados de Morena.
Sin duda alguna, el PRI está siendo sometido a una cirugía a corazón abierto. Una cirugía dolorosa, que le ha costado perder casi todo, y cuya recuperación dependerá de las decisiones por venir.
En breve visitará Quintana Roo su líder nacional…ojalá sea de verdad en breve, antes que el PRI se desangre totalmente…