Por Mario Castillo Rodríguez
Bacalar.-Lejos de proteger los intereses de la sociedad, el noveno regidor de Bacalar, profesor Arturo Calderón Gómez, privilegia las necesidades de los planteles educativos, mismas asegura “deben ser cubiertas por los padres de familia”.
Asimismo, cual si viviera ajeno a lo acontece en su entorno, el desertor de las aulas dijo desconocer que exista una inconformidad por parte de los tutores, mientras le demanda social retumba por cada rincón del municipio a raíz de que el cobro de cuotas y/o aportaciones voluntarias, sigue siendo una constante en escuelas de nivel Básico como primarias y secundarias.
“Yo soy maestro, y tú sabes que esto se hace a principio de todos los cursos, ahorita la Secretaria de Educación no está aportando los recursos suficientes, lo que tienen que aportar realmente, y hay necesidades básicas de algunas escuelas, no hay material para limpieza, y es por eso que se le invita a los padres de familia a contribuir para solucionar ese problema”, declaró de manera incongruente el Concejal Presidente de Comisión de Educación.
Y es que es tanta la ignorancia de este personaje de la política actual del décimo municipio, que incluso reconoce que hasta el mismo ha pagado las llamadas “cuotas” de inscripción de sus hijos, lo cual deja ver que la Comisión que encabeza al interior del Cabildo de Bacalar, es simple incubadora de tiempos perdidos, ya que a su entender los intereses económicos de los planteles educativos están por encima de la sociedad.
Cabe señalar que el flamante y polémico noveno regidor, Arturo Calderón Gómez, a diferencia de muchas de las familias de Bacalar que viven en condiciones de pobreza, sorprendentemente goza de tres plazas en dos escuelas distintas, mismas que sumadas a su “trabajo” como miembro del Cabildo, le arrojan dividendos económicos por cerca de 70 mil pesos mensuales.
Es decir, para el concejal es algo insignificante pagar las cuotas dado que su jugoso salario le permite eso y más, aún y cuando cientos de familias padecen en cada inicio de ciclo escolar el calvario originado por el sablazo que las escuelas dan a su desgastada economía a través de las “cuotas escolares”, hoy conocidas como “aportaciones voluntarias”.