Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal.-Si bien es cierto que hay muchos maestros comprometidos con su trabajo, la gran mayoría vive a la espera de los puentes para ausentarse de las aulas, como en el caso de la polémica surgida respecto a los días de carnaval (8 y 9 de febrero) que en un principio la autoridad educativa negó otorgarles para irse de pachanga.
Hoy, tras una serie de chantajes y amenazas por parte de los docentes, la Secretaría de Educación y Cultura (SEyC) dobló las manos autorizando la suspensión de labores para los citados días, argumentando que esta disposición es “con motivo de las solicitudes de padres de familia, maestros y personal administrativo”, demostrando la total falta de control que su titular José Alberto Alonso Ovando tiene sobre la base magisterial.
Sin embargo, a pesar de que la autorización había sido negada en un principio y dada a conocer en un comunicado, los secretarios generales del gremio magisterial en el estado encabezados por el líder de la Sección 25 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la entidad, Rafael González Sabidos, ya habían acordado dar “golpe de estado”.
Es decir, aún y cuando la dependencia educativa había girado una circular afirmando que si habría clase el próximo lunes y martes en cumplimento al Calendario Escolar, los profesores se montaron en su macho con respaldo, aval e iniciativa del sindicato para abandonar sus obligaciones los días citados, bajo la excusa de ser una tradición y costumbre en Quintana Roo.
Con esto queda demostrado, que los profesores integrantes del otrora poderoso sindicato usan las “tradiciones y costumbres” como carne de cañón, para chantajear y persuadir con amenazas, ya que consideran que la suspensión de clases en fechas carnestolendas es tema “tema primordial para la educación del alumnado quintanarroense”.
Y lo que es peor, los dos días “robados” al calendario escolar ya no serán recuperados como se rumoraba al final del ciclo escolar, ya que en su comunicado la SEyC señala que “deberán recuperarse en lo que queda del ciclo escolar, de acuerdo a las acciones que determine cada escuela”. ¿Qué respeto merece entonces una autoridad educativa que siempre cede a caprichos y chantajes?
No obstante, a pesar de que penosamente este jueves la Secretaría de Educación y Cultura cedió ante la presión de los profesores, es de celebrarse la postura que mantuvieron aquellos maestros que en todo momento decidieron permanecer en sus aulas laborando el 8 y 9 de febrero para no alargar el fin del ciclo escolar.
Sirva este espacio para hacerles llegar nuestro respeto y reconocimiento a todos ellos, porque su actitud va con pleno apego a la congruencia y la responsabilidad; porque ellos, aunque desgraciadamente representen sólo una minoría, si están comprometidos con la educación de los estudiantes quintanarroenses, y no andan en busca de excusas para hacer puentes hacia la pachanga.