Por Malixpek
En Estados Unidos, Barack Obama le dijo a los legisladores: No se puede negociar con una pistola en la cabeza, con respecto a la postura de un congreso que lo ha obligado a paralizar al país.
En México, Enrique Peña Nieto afirmó que la reforma educativa no tiene marcha atrás, el país tiene que dar pasos hacia adelante.
En Quintana Roo, los maestros han hecho todos los desmanes que quieren amparándose en el derecho a la libre manifestación.
Pero los maestros se equivocan, sus derechos terminan cuando trasgreden los derechos de terceros, y quienes somos los terceros, todos los demás.
Los terceros somos ciudadanos indignados que no podemos transitar libremente por las carreteras de Quintana Roo.
Los terceros somos ciudadanos que no podemos llegar a tiempo a nuestros destinos.
Los terceros somos ciudadanos que vemos con impotencia como un grupo de rufianes cierran y ponen candados a las escuelas de nuestros hijos, que vemos como nuestros hijos pierden minutos, días, horas, semanas y meses de clases.
Los terceros somos esos miles, sí, miles y miles de quintanarroenses y mexicanos que no somos maestros, que somos trabajadores, que somos campesinos, taxistas, obreros, albañiles, amas de casa, empleados, niños y jóvenes estudiantes que vemos nuestros derechos vulnerados.
¿Y a nosotros, los terceros quien nos hace justicia? Tenemos también derecho a protestar contra las arbitrariedades y la violación de nuestros derechos por los maestros.
¿Entonces porque los maestros se enojan cuando en un retén cualquier tercero les reclama por haberlo retrasado 4 horas?
¿Por qué se enojan los maestros cuando un padre de familia les reclama el cierre de las escuelas?
¿Por qué los maestros se enojan cuando un padre de familia no les quiere firmar para respaldar un movimiento que no tiene mayor razón que ser que la sinrazón?
En definitiva, el Estado y los quintanarroenses no podemos ser rehenes de esta bola de rufianes disfrazados de maestros.
En los resultados de la prueba ENLACE dadas a conocer por la SEP hace unos días, vemos por qué los maestros rechazan la reforma educativa.
Y me queda claro que la rechazan porque están sumergidos en la mediocridad y de ahí no quieren salir.
¿Usted ya conoce los resultados de la prueba ENLACE? Son públicos, si tiene acceso a internet, puede consultarlos en
http://www.enlace.sep.gob.mx/content/gr/docs/2013/historico/00_EB_2013.pdf
Esos resultados son los que, los maestros no quieren que usted conozca porque la evaluación, aunque hecha a los estudiantes, refleja el ignorancia, la discapacidad, la falta de calidad y la ineficiencia de los maestros.
Y para ponerlo en claro, a nivel primaria por ejemplo en la materia de español obtuvimos el 6 lugar nacional, pero no fue vía las escuelas públicas, las escuelas públicas por enésima ocasión quedaron muy alejadas de esos índices de las privadas. En matemáticas ocupamos el lugar 15, mismo denominador.
En secundaria quedamos 28 en español y 24 en matemáticas. En matemáticas, más de un 80 % de alumnos tuvieron resultados elementales e insuficientes. En español en secundarias generales el 76.4 fueron insuficientes y/o elementales; en secundarias técnicas fue el 77.9 y telesecundarias 74.4 son insuficientes y elementales.
¿Y ante esos resultados, nosotros, los miles de terceros afectados, que vemos violados nuestros derechos por las manifestaciones de los maestros, no podemos hacer nada?
¿Tenemos de verdad maestros en Quintana Roo o rufianes disfrazados de maestros?.
La reforma educativa los viene a poner en su lugar justo. Los obliga a ser eficientes, a impartir educación calidad, pero ellos se saben deficientes, más bien, insuficientes y elementales, y están seguros que con esa capacidad, tienen un pie en la calle.
Los maestros se saben incompetentes y por eso no quieren presentar exámenes. Esto es verdaderamente vergonzoso que quienes tienen en su mano la formación de las nuevas generaciones.
Intentando disfrazar esa incapacidad, toman carreteras, bloquean edificios, hacen marchas y voltean al Estado en una completa sinrazón.
Quizá ya va siendo hora entonces de los actos de autoridad para poner orden en la casa.
Hasta la próxima.