Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal.-La llegada de la celebración a los fieles difuntos que año con año tiene lugar el 1º y 2 de noviembre, hizo revivir la economía de las florerías asentadas en la capital del estado, que la mayor parte del año permanecer luchando contra la corriente para subsistir ante la aguda crisis que llegó para quedarse.
La enorme demanda de la llamada “flor de muerto” o cempasúchil, famosa por su intenso color amarillo y por su tradicional uso en las ofrendas de Día de Muertos, abarrotó estos establecimientos que de no ser por funerales, fiestas ocasionales, novios accidentados o fechas como la que hoy nos ocupa; ya se hubieran extinguido.
Los altares montados en oficinas de gobierno, en casa particulares, en museos, y hasta en concursos organizados por diversos entes de la esfera pública, fueron de igual manera una fuente de recursos muy bien aprovechada por quienes se dedican al negocio de la florería.
También los que visitan a sus difuntos en los panteones de Chetumal durante esta tradicional celebración, acudieron en busca de la floristería para adornar las tumbas de amigos o familiares que partieron de manera anticipada al llamado otro mundo.
A decir de algunos entrevistados, ventas por encima de los 5 mil pesos diarios, es el resultado que han obtenido dichos negocios desde días atrás en la víspera de la llegada de “La fiesta de Día de Muertos”.