Por Salvador Pérez Hernández.
Chetumal. Los usuarios del Servicio de Energía Eléctrica de Chetumal, además del robo descarado del que han sido víctimas durante los últimos 10 años por parte de la Comisión Federal de Electricidad; por los cobros excesivos y la alteración del registro de consumos, y que también fueron víctimas del timo por la implementación de las “supuestas” tarjetas inteligentes, que fueron implementadas, con el argumento de que era un sistema obligatorio, y por el cual este fin de semana cientos de usuarios tuvieron que vivir en penumbras debido a errores del sistema de IUSA.
Es del todo conocido la penosa situación por la que atraviesan los padres y madres de familia de los hogares chetumaleños, cuando sin decir agua va, la CFE decide aumentar repentinamente el costo del servicio, aumento que supera el doble del consumo promedio; es decir que si consumías cien pesos por mes, repentinamente te llega un recibo por trescientos pesos, y si no se efectúa el reclamo correspondiente, además de la aprehensión y el pasar varias noches en penumbras, ese monto se incrementa mes tras mes.
A estas irregularidades se suman las fallas del Sistema del servidor de IUSA, que es la compañía que se encarga del cobro de estas supuestas tarjetas inteligentes, lo que se traduce en que las familias a las que les correspondía pagar el pago mensual del servicio de energía eléctrica en esta fecha se quedarán sin servicio.
La pregunta que cabe hacerse es si la CFE resarcirá los daños patrimoniales causados a las familias, ya que muchos de los productos destinados a la alimentación se mantienen en refrigeración, además del riesgo al que fueron sometidos, dada la ola de robos que azota esta ciudad.
Entre la sociedad se atan cabos indebidamente, y mucho se rumora que el gobierno federal deberá estar obligando a esta paraestatal a prestar el peor servicio para poder ofertar al mejor postor sin que hay reclamos de ningún tipo.
Se concluye que es inexplicable e inexcusable que esta supuesta compañía de talla mundial sufra de estas “fallas”, a menos que sea una de las empresas estatales que necesiten ser vendidas para que el estado se haga de los recursos necesarios para sacar adelante a este gran Nación.