Por Malixpek
Al final del camino, Roberto Borge se queda solo con su alma y así concluye uno de los más cuestionados sexenios de Quintana Roo.
Después de varios meses sin actividades públicas, Borge ha realizado algunas presentaciones en público, ha «inaugurado» algunas obras y supervisado otras.
El denominador común en esos actos, ha sido la ausencia de quienes en otros tiempos, se declararon amigos, y laureraron a Borge.
En sus últimos actos públicos se ha notado la ausencia de sus «amigos» los presidentes municipales.
En Othón P. Blanco se entiende porque Eduardo Espinosa Abuxapqui en una decisión de última hora amarró cabos con el grupo de Carlos Joaquín y mató dos pájaros de un tiro: aseguró el futuro de su gente y le asestó un duro golpe a Borge.
En Bacalar que pasó con «Chepe» Contreras. ¿También ya se desmarcó de su amigo Beto Borge?.
Y ni que hablar de sus propios secretarios. Ya no asisten a sus oficinas y menos aún a los eventos de su Gobernador.
Las oficinas del Estado están operando en automático. Con el personal que siempre ha sacado el trabajo y que sigue asistiendo en su horario formal para brindar atención, pero no hay ejecutivos para la toma de decisiones.
Otros más como Claudia Romanillos pusieron pies en polvorosa para evitar sanear y recoger la basura debajo del tapete.
No cabe duda que los amigos duran mientras dura el dinero y Don Beto Borge se está dando cuenta de ello en este momento.
Dice el dicho que los amigos se cuentan con los dedos de una mano. Habría que ver cuantos dedos le quedan libres a Borge.
13 septiembre 2016.