*Hoy navega en un terreno totalmente desconocido pero con jugosos dividendos que le permiten viajar como magnate
Por Mario Castillo Rodríguez
Hay quienes nacen con estrella y quienes nacen estrellados, y Luis González flores es uno de los políticos quintanarroenses que más comodidades ha disfrutado en su prolongada y ya jurásica carrera, donde ha sido desde presidente municipal, diputado local, Secretario de Gobierno, entre otros cargos que le han llevado hasta tiempos actuales a desempeñarse como titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Rural (Sedaru), donde por cierto ha dejado mucho que desear.
Para propios y extraños es indiscutible que si algo desconoce González Flores es la realidad que priva en el campo quintanarroense ya que su fuerte no es necesariamente la siembra y la cosecha, mucho menos el andar de pueblo en pueblo caminando veredas para valorar y emprender acciones que aterricen en mejores niveles de vida para los hombres que viven y dependen de la producción agropecuaria y el desarrollo rural.
El perfil del cozumeleño dista mucho del olor a tierra, porque él está acostumbrado a la pesca de altura, la de élite, de esas que solo se consiguen en los grandes mares del Caribe, y en espacios de lujo como la presidencia de la Gran Comisión del Congreso del Estado, que encabezo como diputado de la XI Legislatura, y donde precisamente sintió que “la revolución por fin le hacía justicia”, ya que fue en este periodo cuando vivió uno de sus más acaudalados momentos como político manejando de forma indiscriminada los dineros del Poder Legislativo, otorgando sendos convenios de publicidad a todo aquel que estuviera dispuesto a enaltecer su desgastada figura política y a todos aquellos que le rodearon aplaudiendo sus seniles acciones.
Lo cierto es que una vez concluido el periodo de gobierno de su sobrino el ex gobernador Félix González Canto, éste tuvo que entrar en disciplina asumiendo las tareas que le fueran asignadas por el mandatario en turno para no quedar fuera del tablero político, y para no poner así en riesgo su espacio en esa ubre gubernamental que hoy amamanta a muchos otros de su especie.
Muchos dicen que la silla le queda grande, pero lo cierto es que Luis González Flores no conforma esa clase política dispuesta y capaz de salir avante en cualquier cargo que le sea asignado, y esta realidad se conjuga con su desinterés por solucionar los problemas de un sector al que ve como un bulto en su camino, lo que desde luego, lo deja mal parado en la encomienda depositada en su persona por el gobernador Roberto Borge Angulo.
Su trabajo al frente de la Sedaru, se ha limitado a escuchar y echar mano de las estrategias de sus improvisados asesores, sin la necesidad de tocar la tierra como en sus tiempos lo hizo Gabriel Mendicuti Loría, otro que por cierto jamás procuró beneficio para el sector agropecuario, pero que si supo sacar provecho de esté como tanto se rumora al interior de la dependencia en mención, y con la cual medró a diestra y siniestra para lograr una estabilidad económica como de la que hoy goza. Al menos eso es lo que todo mundo menciona en lo que antes fue la Sedari.
Volviendo al tema que nos ocupa, la dejadez de González Flores, ha permitido también que ambiciosos como el subsecretario de Desarrollo Agropecuario, Germán Parra López, lleven agua a ese molino que ha ido llenando desde hace ya más de 15 años, tiempo en el que el prófugo de las aulas escolares ha vivido de las mieles del erario público, haciendo sus acostumbrados “bisnes”.
La tarea es despreciable para González Flores, más no así los recursos que le toca administrar y eso quedo latente también en la reunión que sostuvieron en la capital del estado los líderes de diversas agrupaciones campesinas con dependencias federales como la Sedatu y la Procuraduría Agraria, en la que se recabaron propuestas para dar solución a la problemática del campo de Quintana Roo y en la que éste brillo por su ausencia.
Es evidente que el campo quintanarroense hoy vive una inmensa crisis y eso es lo que menos importa al flamante titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Rural. Y otro ejemplo fue la respuesta que tuvieron los cañeros ante la pasada contingencia a causa de las lluvias al mencionarles que la solución más viable a este grave asunto donde perdieron gran parte de su cosecha, era hace valer un seguro que ellos mismo pagaron, lavándose así las manos como responsable de los asuntos del campo y dejando a los productores rurales a su suerte.
En conclusión, para Luis González Flores lo que menos importa es el campo, su trabajo se ha limitado a ver pasar los días bajo la tranquilidad de un cargo en el gobierno que le permita seguir viviendo con las mismas comodidades, sin tener que hacer uso de sus dineros propios para gastos y viajes de lujo como el que dio a Israel, a donde presuntamente fue para intercambio de conocimientos del campo, pero que aprovecho muy bien para tomarse unos merecidos días de vacaciones. Y por ahí cuentan que se tomó la libertad de pagar los gastos de su noviecita en turno, al fin y al cabo las arcas del gobierno aguantan eso y mucho más.
Los números y los documento no mienten y esto puede comprobarse en la nota publicada en días pasados por “Educosas”, donde se evidenció la descomunal erogación por la cantidad 100 mil 417 pesos con 70 centavos, misma que fue por concepto de “gastos a comprobar para el pago de transportación del Arq. Luis Alberto González Flores, titular de la SEDARU quien asiste a gira tecnológica a llevarse a cabo en Israel del 15 al 24 de marzo de 2014”.
¿Y usted que opina estimado lector? Como pueden entonces mejorar las condiciones de los productores agropecuarios quintanarroenses si el encargado de esta misión está lejos de cumplir sus responsabilidades, lejos de sumarse a la tarea de su jefe político, pero cerca de retirarse del escenario administrativo con esa jugosa pensión que cualquiera ambicionaría a la edad de Luis González Flores.