Por Salvador Pérez Hernández.
Bacalar. La crisis de los Partidos Políticos se debe a la falta de credibilidad de la ciudadanía en esto organismos al no representar ni responder a la problemática social, panorama ajeno al que se pudo observar en la toma de Protesta de Manlio Fabio Beltrones como nuevo Presidente del Priismo Nacional en un formato triunfal al estilo de la espectacular ceremonia que realizaban los antiguos romanos para homenajear a sus comandantes militares victoriosos, situación diferenciada a la austera Toma de Protesta de Ricardo Anaya Cortés como Presidente del Partido Acción Nacional, ceremonia que lució casi solitaria.
El hartazgo ciudadano hacia los partidos políticos quedó de manifiesto en el estudio País sobre la calidad de la ciudadanía en México que realizó el Instituto Nacional Electoral y que expone el hartazgo y desconfianza del ciudadano en contra de las Instituciones y la falta de credibilidad en los partidos políticos, así como inconformidad de las enormes desigualdades sociales y a la falta de oportunidades para amplios sectores, que se reflejaron en el éxito contundente del candidato independiente al Gobierno de Nuevo León; Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón mejor conocido como el Bronco.
Sin embargo al interior el Partido Revolucionario Institucional se asume como el partido de la legalidad, la responsabilidad, de la estructura territorial y de la unidad donde se privilegia el interés común, que reconoce la crisis de credibilidad hacia las Instituciones y hacía los Partidos Políticos, alabando el resultado del Pacto Por México con las Reformas Estructurales que sentaron las bases legales para acabar con privilegios de unos pocos, para mejorar la calidad educativa y dar fin a los monopolios, dar certidumbre y transparencia, y que se enfocará a demostrar que estas reformas impactarán positivamente los bolsillos de los más necesitados.
Partido político que en voz de su nuevo Presidente Manlio Fabio Beltrones, en un uso de la retórica afirma que este es un partido en el que nadie está jubilado y en el que se privilegiará el diálogo y la comunicación; especialmente el espíritu autocrítico, en donde todos son necesarios y se conforma un partido de unidad, y que asume una sana cercanía con la presidencia de la Repúblicas
Por su parte el Partido Acción Nacional en voz de su nuevo Presidente; Ricardo Anaya Cortés afirmó que “Nuestra meta es clarísima, trabajaremos todos los días con todas nuestras fuerzas por ganar la elección presidencial en 2018; vamos por un PAN ganador”.
El Partido Acción Nacional que evidentemente se encuentra fraccionado propone cambiar de paradigma y dejar el elitismo conservador que lo caracterizó en los 12 años que fue gobierno, ya el nuevo Presidente afirma que no viajará al estilo de los políticos de siempre, en vuelos privados sino en vuelos comerciales y en clase económica, y presentará una iniciativa al iniciar la próxima legislatura para reducir sustancialmente los gastos de las campañas electorales y de los partidos.
Por otra parte afirmó que la principal tarea será posicionar a su partido para ganar las elecciones presidenciales de 2018, ya que México requiere de buenos gobiernos que le sirvan a la gente y mejoren la calidad de vida de los mexicanos.
Por otra parte el PRD, un partido otrora poderoso espera mejores tiempos para realizar su proceso de renovación de dirigencia partidista, ya que por el momento atraviesa una crisis profunda de identidad, misma que está redefiniendo.
A esta debacle partidista se suma el Movimiento Regeneración Nacional, partido reconocido por su acrónimo como MORENA cuyo líder absoluto ha optado por descalificar y enfrentar al sus dos odiados rivales el PRI y el PAN en una batalla de mercadotecnia tal como la que realiza Donald Trump para posicionarse como candidato del Partido Republicano en los Estados Unidos, en formo similar como la campaña realizada por Roger Enrico, el Presidente de Pepsico que emprendió una campaña a la que denominó la guerra de las colas, en la cual su estrategia consistió en medir (Golpear al más grande) con una exitosa campaña publicitaria que denominó La Generación Pepsi dirigida para los que piensan como jóvenes.
En este negro escenario para los partidos políticos golpeados por el tufo de la corrupción, y el abuso del poder por la compra descarada de votos, candidatos de partidos que no representan en absoluto al electorado, sino a quien los elige desde la cima del poder, aparece la opción de los candidatos independientes que se presenta como una opción fresca pero que en realidad significa un refrito de los candidatos desechados por los partidos políticos por no representar los intereses de los dueños de esas franquicias, si no que representan intereses antagónicos tal como sucedió en el caso Bronco.