FCP.- “Quién planta un árbol será recordado cuando alguien coma de su fruto”, frase cuya autoría es del letrado pensador cubano, José Martí y que utilizaremos para reconocer el trabajo hecho por William Briceño Guzmán, porque hace 20 años puso los cimientos del Instituto de Capacitación para el Trabajo de Quintana Roo (ICATQROO), mismo organismo que hoy en día más de un político-maestro añora dirigirlo.
Han transcurrido más de 20 años, ¡dos décadas!, para ser exactos el 30 de enero de 1996, cuando el joven mentor, William Briceño, recibió la invitación para iniciar la odisea.
-Fue un magnifico reto empezar el proyecto, estaba emocionado por la responsabilidad que me brindó el Ejecutivo Estatal, sabía de la magnitud del proyecto y comencé a trabajar de manera inmediata-, explicó el citado personaje, durante la entrevista que concedió en la cafetería del Instituto Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto, donde funge como director.
Con su rostro emocionado, sonrojado, el que pone cualquier ser humano cuando recuerda su andar, Briceño Guzmán se pierde en su propia historia y expresa que fue una mañana cuando recibió la noticia y lo primero que hizo después de su nombramiento fue buscar una oficina para instalar la dirección general.
“Adecuamos una casa –ubicada entre cuatro de marzo e Insurgentes- como dirección general y comencé a integrar un equipo para trabajar, invité al profesor, Agustín Buenfil (director de formación técnica), Enrique Gumen Vázquez (director de vinculación), Jesús Almeida (director adjunto) y Sixto Ruíz (director administrativo), entre otros”, apuntó.
En agosto del citado año el ICAT comenzó a impartir cursos de cultura de belleza, carpintería, electricidad, serigrafía, servicios turísticos en planteles que instalamos en ciudades como Chetumal, Felipe Carrillo Puerto, Cozumel, Playa del Carmen y Benito Juárez, aunado a ello también se inició con acciones móviles que son servicios itinerantes que se llevan a una comunidad, en este caso fue en la alcaldía de Tihosuco, en este municipio, en Bacalar, Othón P. Blanco.
Briceño Guzmán recuerda que en ese entonces la comunidad prestaba el espacio y el ICAT llevaba el instrumento y el instructor y se dedicaban a capacitar a la gente de esas comunidades que deseaban aprender algún oficio, ese fue el nacimiento del ICAT.
Dijo que desde esos años se vislumbraba el crecimiento del ICAT, porque es un organismo descentralizado muy bondadoso, donde la gente va a ir a aprender, el único requisito es que la gente sepa leer y escribir, mayores de 15 años y la gente puede inscribirse a los cursos que imparte esta institución.
“El objetivo del Gobierno del Estado era claro con la creación del ICAT, había una urgencia para capacitar a los quintanarroenses a fin que se integraran al vertiginoso desarrollo económico que tenía Quintana Roo”, mencionó.
Hoy en día, a 20 años, el ICAT es hoy una institución educativa moderna, en este momento se tiene más planteles, más acciones móviles, instalaciones muy buenas con infraestructura y equipamiento de punta que es lo que requiérela gente que se va a capacitar.
Es importante que el ICAT vaya de acorde al campo laboral, no puede estar divorciado con lo que enseña en el ICAT, a lo que se requiere en la planta laboral, tiene que estar bien conjuntado, alineado con la temática que dan los cursos de capacitación.
Cabe señalar que durante los seis años que estuvo al frente del ICAT, William Briceño siempre ponderó para que el Instituto alcanzara la excelencia educativa en todos sus sectores, pugnó por alcanzar reconocimientos de calidad, acciones que hoy en día aun se pueden apreciar.