Por: Rosy Covarrubias.
Ni la lluvia, ni el hambre, el cansancio o las incomodidades de un viaje, nada de eso importa cuando de reafirmar la esperanza se trata.
Ayer, en la sede del priismo estatal, se congregaron unos 2500 simpatizantes y militantes, para acompañar a Mauricio Góngora Escalante a su registro como precandidato del PRI a la gubernatura del Estado. Su primera aparición pública, después de haber sido nominado por la dirigencia nacional del PRI, provocó una movilización de seguidores de toda la geografía estatal, inmediatamente las redes sociales, se llenaron de comentarios; que si son acarreados, que si los trajeron a fuerzas, que si vinieron engañados.
Yo estuve ahí y no me pareció que nadie estuviese a fuerzas, más bien permeaba en el ambiente un día de fiesta, de reencuentro con los correligionarios, de unidad, pero sobre todo de esperanza. Sí, de esperanza, esa sensación que aparece cada vez que algo se renueva, ese sentimiento, que nos mantiene de pie, a la espera de que todo vaya mejor.
No falta quien piense que soy una ilusa, que veo la tempestad y no me arrodillo, no es así , todo lo contrario, consciente estoy de que hacen falta cambios, que es necesario reencausar el rumbo de las políticas públicas , que para hablar de desarrollo, no basta con ver al Estado crecer, que hay que abonar a la economía del sur para equilibrar el panorama económico, que las comunidades indígenas, -las que nos dan de comer-, tienen que subsistir en base a su producción y no solo por los dadivosos y paternalistas programas de gobierno, que hay que generar canales de comercialización para abastecer las zonas turísticas….esto y muchas cosas más.
Pero nada se construye abonando al divisionismo, apostando a la descalificación, denostando la imagen de los contendientes, tirando la piedra y escondiendo la mano, hay que hacer acto de presencia y participar, con valor y con verdad y en su momento recordarles a los candidatos que el gran reto está más allá de buscar los votos , para eso el priismo se pinta solo, es importante una valoración desprovista de sentimentalismos y ofrecerle al electorado propuestas reales , abonar a esa esperanza que permeó en todos los asistentes, al registro de Mauricio Góngora.
En su primer discurso, una vez registrado, el casi precandidato, señaló; “Que el reto que tiene no es sencillo, solo la unidad, la experiencia y el liderazgo, llevarán al Estado al siguiente nivel de modernización” su mensaje, fue conciliador, pidiendo en todo momento la unidad, dijo; “Quienes asistieron esperando escuchar un mensaje bélico, antipopular o lleno de rencores, tendrán que esperar mejor ocasión”.
Esperemos que esa mejor ocasión, no llegue y que su discurso vaya encaminado no solo a ofertar o prometer, sino a analizar lo que aún nos falta por caminar y proyectar trabajo real para seguir andando. La experiencia nos ha enseñado, que el candidato que pretende ganar adeptos, descalificando, denostando, humillando al contrario, solo siembra rencor y divisionismo, sentimientos que tarde o temprano hacen mella en nuestra sociedad.
Esperamos con ansias ese debate de altura, del que habló también Mauricio Góngora, para compartir con ustedes nuestras impresiones, atentos estaremos a la agenda de campaña, de este y los otros candidatos, para abonar desde nuestra trinchera lo que nos corresponde, siempre propositivos y respetuosos de la crítica ajena, es la mejor forma de construir juntos mejores condiciones de vida. Es la mejor forma de abonar a la esperanza.