Por Enrique Castañeda
Chetumal.-El manatí “Daniel”, que habita en semicautiverio en la Laguna Guerrero, Quintana Roo, desde hace unas semanas porta un sistema que permite saber adónde se desplaza. Este sistema consiste de un cinturón de látex, una varilla de nylon, y un radio-transmisor satelital.
El cinturón lo lleva puesto alrededor de la base de la cola (pedúnculo caudal), la varilla conecta el cinturón y el radio, y este último envía los datos de la ubicación de “Daniel” vía satélite para que a través de una página web, se conozca la ubicación del manatí. Este proyecto de marcaje satelital está a cargo del Dr. Benjamín Morales Vela, investigador de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR).
“Daniel” estaba recién nacido y aún debía ser amamantado cuando fue encontrado en septiembre de 2003 en la Laguna Guerrero, Bahía de Chetumal. A pesar de los esfuerzos por encontrar a su madre para regresarlo a ella, esto no fue posible, por lo que fue rescatado y albergado por personal de ECOSUR, donde permaneció por ocho meses.
Después se trasladó a la Laguna Guerrero a un encierro habilitado para él, hoy conocido como el Centro de Atención y Rehabilitación de Mamíferos Acuáticos (CARMA), donde se ha mantenido bajo el cuidado del Sr. Eladio Juárez. Desde 2009 su resguardo y manutención están a cargo de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo (SEMA).
En la actualidad “Daniel” tiene 12 años de edad, en septiembre de 2016 cumplirá 13; su tamaño es de 2.3 metros de largo y pesa más de 200 kilos. Vive en semicautiverio, esto significa que es libre para desplazarse a voluntad, sin embargo aún depende del humano para su alimentación. Por esta razón, aunque “Daniel” se aleja del CARMA, regresa casi a diario para consumir principalmente lechuga, así como otras frutas y verduras.
Se estima que en la Bahía de Chetumal habitan cerca de 150 manatíes en vida libre; es difícil observarlos ya que su conducta natural es evitar a los humanos y casi siempre huyen de embarcaciones. “Daniel” es diferente, no escapa de la gente sino que tiene la tendencia de acercarse. Como todos los manatíes, es pacífico y no ataca a nadie, sin embargo, debido a su tamaño y peso, sin querer podría lastimar a algún bañista o salir lastimado él mismo.
Por esta razón, y para seguridad y bienestar tanto del manatí como de las personas, se recomienda a la población que en caso de verlo en los balnearios o desde alguna embarcación, lo observen y aprecien su belleza, pero por ningún motivo lo toquen, alimenten o arrojen objetos. El sistema de marcaje con radio-transmisor que porta es con fines de investigación científica.
Es una experiencia agradable pero sobre todo, es un privilegio conocer a los manatíes. “Daniel” nos ha dado la oportunidad de acercarnos a ellos y al mismo tiempo, apreciar su importancia para conservarlos entre nosotros. No solo la SEMA, ECOSUR o el CARMA pueden colaborar en la conservación de nuestros manatíes, ayudemos también nosotros, el compromiso es de todos.