Por Mario Castillo Rodríguez
Si algo puede presumir el Partido Revolucionario Institucional en este proceso electoral intermedio es su hegemonía, aun y cuando los expertos en la materia auguraban grandes grietas y desestabilizaciones en su interior.
Esto quedó demostrado en el proceso de selección de sus candidatos en el cual los correligionarios, aspirantes y actores políticos –todos en su conjunto-, demostraron obediencia y disciplina en la toma de decisiones, y si bien para pocos o muchos los ungidos no son quizá los mejores hombres y mujeres del PRI, lo cierto es que hubo consenso ordenado y sin mayores contratiempos.
Esto refleja las capacidades de una dirigencia priista que ha logrado unificar a esta corriente política que hoy mira al 2013 como uno de sus mejores años en Quintana Roo.
Así es, las opiniones son diversas, pero lo cierto es que el Revolucionario Institucional es el partido que más posibilidades tiene de alzarse victorioso en esta batalla que tendrá su momento culminante el próximo 7 de julio.
Diferente es el escenario que vive la oposición pues tanto el PAN y el PRD hoy están pasando por uno de sus peores momentos, fracturados y en la disyuntiva de ir solos en este proceso electoral ante la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que ratifica la resolución del Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) para desechar la coalición PAN-PRD, debido a violaciones al artículo 107 de la Ley Electoral de Quintana Roo en el sentido de que el pasado 2 de abril en una asamblea nacional del PAN su líder nacional, Gustavo Madero Muñoz, dijo que la ratificación de la intención de coalición la realizarán hasta el 8 de abril y no antes, a sabiendas que la Ley Electoral tenía una fecha límite para tal efecto que era el 5 de abril.
Esta resolución complica mucho el panorama de una oposición que se decía dispuesta a ganar mayoría en el Congreso del Estado y evitar a toda costa que el PRI recuperará los espacios perdidos en pasados procesos locales.
Hoy, aun en contra del resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el PAN y el PRD impulsan una alianza a medias e irán en busca de espacios circundados por divisionismos que abonan al descrédito social y ponen en riesgo su seriedad como verdaderas corrientes políticas de oposición al PRI.
Lo cierto es que esta contienda electoral será del todo interesante ante tales sucesos y aquí el Tricolor tendrá que capitalizar los tropiezos y fracturas de sus detractores para alzarse vencedor en la pesquisa de las XV diputaciones del Congreso local y las 10 presidencias municipales que conforman la Entidad.
En conclusión, a diferencia de otros procesos, el reparto de las candidaturas en el PRI no ocasión problemas internos de consideración y la maquinaria está lista para salir en busca del tan anhelado “carro completo”.